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El Santo Padre sigue con gran preocupación el destino de todas las poblaciones interesadas y proclama para el próximo domingo, 23 de julio, una jornada especial de oración y penitencia, invitando a los pastores y a los fieles de todas las iglesias particulares, así como a todos los creyentes del mundo, a implorar de Dios el don precioso de la paz.
En particular, el Sumo Pontífice desea que se eleva la oración al Señor para que cese inmediatamente el fuego entre las partes, se instauren inmediatamente pasillos humanitarios para poder llevar ayuda a las poblaciones que sufren y se inicien después negociaciones razonables y responsables, para poner fin a situaciones objetivas de injusticia existentes en aquella región, como ya indicó el Papa Benedicto XVI en el Angelus del domingo pasado, 16 de julio.
En realidad, los libaneses tienen derecho a que se respete la integridad y la soberanía de su país, los israelíes tienen derecho a vivir en paz en su Estado y los palestinos tienen derecho a una patria libre y soberana.
En este doloroso momento, Su Santidad dirige también un llamamiento a las organizaciones caritativas para que ayuden a todas las poblaciones afectadas por este despiadado conflicto.
Traducción del original italiano realizada por el Vatican Information Service (VIS)