Alicia Muñoz, ministra interina de Relaciones Exteriores, recordando sus años de estudiante en los años 70 en Santiago de Chile, declaró, según refiere el 21 de julio el matutino «La Prensa»: «Yo recuerdo cómo los obispos de la jerarquía de la Iglesia católica daban su respaldo a quienes mataban y hacían desaparecer a la gente».
La Conferencia Episcopal ha consultado al presidente de la Conferencia Episcopal de Chile y obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic, para ofrecer una información autorizada sobre la actitud de la Iglesia en Chile durante aquellos años.
«Lamento mucho la profunda y grave equivocación de la señoraa Muñoz –respondió el obispo chileno–. El pueblo de Chile y la comunidad internacional son testigos de la sacrificada labor de defensa y promoción de los derechos humanos que llevó a cabo la Iglesia en nuestro país».
«El comité de Refugiados, desde los días siguientes al 11 de Septiembre, la tarea del Comité pro Paz y luego, cuando este último hubo de cerrar a instancias del gobierno militar, por la Vicaría de la Solidaridad, permanecen en la memoria histórica como testimonios del compromiso de la Iglesia en Chile con la defensa de los perseguidos».
«Son incontables los ejemplos de personas que, sin discriminación, recibieron ayuda de estos organismos que les permitieron salvar sus vidas, proteger su integridad física y psíquica, recuperar su libertad y encontrar un espacio para iniciar la incansable búsqueda de sus familiares desaparecidos», añade monseñor Goic.
«Las expresiones de la señora Muñoz son totalmente ajenas a la verdad de lo ocurrido –concluye–. Los numerosos reconocimientos nacionales e internacionales de diversa índole y provenientes de amplios sectores recibidos por la Vicaría de la Solidaridad y otras instituciones de la Iglesia, avalan también lo que señalo».