BARCELONA, martes, 22 agosto 2006 (ZENIT.org).- «Células madre, ¿qué futuro terapéutico? Aspectos científicos y problemáticas bioéticas», es el titulo del congreso mundial que la
Federación Internacional de las Asociaciones de los Médicos Católicos (FIAMC), y la Academia Pontificia para la Vida organizan en Roma los días 14 al 16 de septiembre.
El doctor Josep Maria Simón Castellví, presidente de esta federación que agrupa unas 40.000 entidades en todo el mundo, explica a Zenit el sentido de este encuentro: que científicos y en general los creyentes adquieran una idea cabal sobre lo que se llama «el santo grial de la vida».
Este cirujano, casado y padre de tres hijos, argumenta en esta entrevista por qué la investigación con células madre embrionarias no es ética y en cambio explica las posibilidades terapéuticas con las células madre adultas.
–¿Cuál es el objetivo de este congreso sobre células madre?
–Doctor Simón: Este congreso, fruto del trabajo de mi antecesor, el doctor Gian Luigi Gigli, se celebra conjuntamente con la Academia Pontificia para la Vida y quiere dar luz para que los científicos y en general los creyentes adquieran una idea cabal sobre lo que se ha dado en llamar «el santo grial de la vida».
El ser humano está llamado a completar el mundo con su trabajo, a llenar el planeta con otros seres humanos con los que vivir harmónicamente. Pero el ser humano no puede ni debe imitar a Dios. Siempre sale muy caro. Y es el dinero, junto con la soberbia científica y a veces con una falsa sensación de hacer el bien a la humanidad, por lo que se investiga con embriones humanos.
–¿En qué casos las aplicaciones terapéuticas con células madre son moralmente aceptables?
–Doctor Simón: Las células madre embrionarias están para configurar el embrión. Las células embrionarias adultas están precisamente para regenerar los tejidos. Si confundimos esto, haremos mala ciencia.
Y, hoy por hoy, solo las células adultas dan resultados. Por ejemplo, en los tratamientos de algunas leucemias, infartos de miocardio, etc. Otras células madre, como las de cordón umbilical, tienen perspectivas positivas aunque aún está por ver.
–Aparte del «no» a las terapias que usen las células madre embrionarias ¿Hay otros casos éticamente preocupantes?
–Doctor Simón: La ciencia no debe ser apocalíptica, en el sentido de ver siempre los riesgos de los avances científicos. Sin embargo, debe ser realista y aceptar sólo lo aceptable.
Así, la obtención de células madre embrionarias requiere la destrucción del embrión y por ello no podemos aceptar su uso ni su investigación. Además, estas células se coordinan por un mecanismo muy complejo que, si no se controla bien, da lugar a crecimientos aberrantes, tumores, etc. Esta es la realidad.
–Usted ha sido elegido recientemente presidente de la FIAMC. ¿Cuales son las prioridades que tendrá Federación estos próximos años?
–Doctor Simón: Mis prioridades son las de la Iglesia, las del Papa, y unas prioridades propias que son África y la opción preferencial por las madres. Ni exclusiva ni excluyente, pero preferencial.
Miles y miles de madres mueren todos los años en el parto por falta de atención médica. Y miles y miles de familias sufren por los sufrimientos de las madres, antes, durante o después del parto.
[Más información sobre el congreso de Roma sobre las células madre en: «Stem Cells Rome 2006»].