ROMA, miércoles, 30 agosto 2006 (ZENIT.org).- Gracias a la mediación de movimientos católicos, se logró firmar el pasado 26 de agosto en Juba, capital del sur de Sudán, un acuerdo de alto el fuego entre el gobierno de Uganda y los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés).
La declaración del cese de hostilidades tiene lugar después de 20 años de un terrible conflicto que ha provocado uno de los mayores desastres humanitarios del planeta: entre 1,8 y 2 millones de desplazados y la pérdida de unas 129 vidas humanas diarias como consecuencia de la violencia y de las difíciles condiciones de vida en los campos de refugiados.
Se trata del primer paso significativo, alcanzado gracias al trabajo de más de un mes del «Talk Peace», un equipo de mediación internacional del que forman parte movimientos católicos como la Comunidad de San Egidio y Pax Christi.
«Se trata de un punto de llegada sin retorno. Se trata ahora de trabajar en los detalles técnicos» para avanzar en la paz, explica Simon Simonse de Pax Christi, quien ha estado trabajando en este proceso de paz desde hace ocho años.
Fundado por Joseph Kony, el LRA ha luchado lucha contra el gobierno por la creación de un Estado basado en la observancia de pretendidos conceptos «bíblicos», que son interpretados según elementos tomados del Cristianismo, del Islam y también animistas.
El LRA ha sido acusado por misioneros y organizaciones humanitarias de secuestrar a niños para utilizarlos como soldados.
