Según informó este viernes la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa ha establecido que Cuscianna sea además director «ad interim» de las Telecomunicaciones del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Sustituye al ingeniero Massimo Stoppa.
Las telecomunicaciones del Vaticano comenzaron en 1886, en los albores de la telefonía, gracias a Giovanni Battista Marzi, quien construyó en la Biblioteca Apostólica Vaticana el primer sistema telefónico automático del mundo, que unía a diez estaciones telefónicas.
Décadas después, Guglielmo Marconi, el gran pionero del telégrafo, considerado por algunos como el padre de la radio, efectuaba el primer puente radiofónico en la península italiana conectando al Vaticano con la residencia pontificia de Castel Gandolfo.
La primera central telefónica de la Santa Sede fue donada por los católicos estadounidenses en 1930 y contaba con 360 estaciones. Permaneció en servicio hasta el año 1960, cuando fue sustituida por la central «Pentaconta», que tenía una capacidad de 1.500 números, que luego serían ampliados hasta 3.000.
En 1992, se instaló la tercera central telefónica, convirtiendo al Vaticano en uno de los primeros países con una red telefónica totalmente numérica. Cuenta con 5.120 terminales, y está conectada al exterior a través de fibra óptica con la compañía telefónica Telecom, la más grande de Italia.
El Servicio de Teléfonos del Estado de la Ciudad del Vaticano es gestionado, desde 1948, por religiosos de la Sociedad de San Pablo. Trabajan en el mismo más de 30 laicos, algunos sacerdotes, y numerosas religiosas Pías Discípulas del Divino Maestro, que se caracterizan por el conocimiento de numerosos idiomas, característica imprescindible para poder responder en la centralita.
