BAGDAD, lunes, 4 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Pasan los días sin noticias del padre Saad Syrop Hanna -de 34 años-, secuestrado en Irak, y aumenta la preocupación por él, un contexto en el que el patriarca de Babilonia de los Caldeos ha expresado su esperanza de que se le respete la vida y sea liberado lo antes posible.
En la Solemnidad mariana de la Asunción, el pasado 15 de agosto, el vehículo del sacerdote caldeo fue detenido por tres hombres armados, con las caras ocultas, cuando regresaba a su casa después de celebrar Misa en la iglesia de St. Jacob en Bagdad -distrito de Al Dora-.
A los pocos días el propio Benedicto XVI expresó su cercanía con el sufrimiento de las víctimas iraquíes y pidió a los secuestradores la liberación del sacerdote (Zenit, 20 agosto 2006).
El sábado pasado por la tarde, la agencia misionera «Misna» dio noticia de que el secuestrado pudo contactar telefónicamente con el patriarca de Babilonia de los Caldeos, Su Beatitud Emmanuel III Delly –según él mismo confirmó desde Bagdad-. «Soy el padre Syrop –le dijo-; estoy bien de salud, estoy en manos de los hombres que me han secuestrado».
«Le esperamos desde hace siete días, pero aún nada», añadió monseñor Emmanuel Delly III explicando que, al término de la conversación con el padre Syrop, los secuestradores aseguraron [al patriarca] que liberarían al rehén inmediatamente.
«Desde hace exactamente una semana no tengo más noticias suyas. Esperamos que le dejen marchar lo antes posible; esperamos que no lo maten», manifestó.
La llamada telefónica del sacerdote se produjo el 26 de agosto.
Los secuestradores, en contactos precedentes, habían pedido un ingente rescate por el padre Syrop.
De acuerdo con el arzobispo de Kirkuk –en el noreste irakí-, monseñor Louis Sako, la suma ascendía a un millón de dólares estadounidenses por la liberación del padre Syrop, citó recientemente un comunicado de «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (Zenit, 23 agosto 2006).
Ya el 22 de agosto, Su Beatitud Emmanuel III Delly había confirmado en «Misna»: «Quieren dinero. No sé cuánto. Pero quien ha apresado» al sacerdote «no tiene la mínima idea del hecho de que la Iglesia caldea es una Iglesia misionera que sigue a sus fieles cuando emigran en el mundo y que vive de los donativos y de la generosidad de sus miembros».
Mientras tanto persiste la profunda preocupación en la comunidad cristiana de Bagdad por este suceso, pues los secuestros que en el país han involucrado a religiosos han tenido una duración muy corta.
En el programa del párroco secuestrado está la realización la tesis en Filosofía en Roma a partir de este mes.