Estos proceden de la disuelta ala militar del UNITA («Unión Nacional para la Independencia Total de Angola»), confirma el órgano informativo -«Fides»- del dicasterio misionero.
Se trata de una iniciativa de desarrollo agrícola de «Caritas de Saurimo», en la provincia de Luanda Sul, en el noreste angoleño.
El programa prevé la distribución de un equipo de herramientas agrícolas, semillas y fertilizantes para ayudar a que los ex guerrilleros puedan proveer al sostenimiento de sus familas a través de la agricultura.
Igualmente se prevé la construcción de una escuela con diez aulas y un «jango comunitário» -un tipo de institución educativa tradicional en la mayor parte del país orientada a transmitir los valores históricos, culturales y éticos de los ancianos a los jóvenes-.
En una primera fase el programa –de una duración estimada en doce meses- involucrará sobre todo a las ciudades de Saurimo y Cacolo.
«Esperamos que la mayor parte de estos ex guerrilleros puedan reinsertarse en las comunidades locales y pasen a ser autosuficientes», confía el obispo de Saurimo, monseñor Eugenio Dal Corso.
La mayor parte de los ex guerrilleros del UNITA proceden de familias campesinas. «Sabemos lo importante que es reinsertar en el contexto social de origen a estas personas», apunta el prelado, según cita «Fides».
Veintisiete años de guerra civil se cerraron en 2002 en Angola: se calcula que perdieron la vida millón y medio de personas; los desplazados llegaron a cuatro millones.
El brutal choque –emprendido tras la independencia de Portugal- enfrentó al MPLA (Movimiento Popular para la Liberación de Angola) liderado por Jose Eduardo Dos Santos y al UNITA –a cuyo frente estaba Jonas Savimbi-.
La guerra finalizó tras la muerte de Savimbi. La nueva cúpula de la organización decidió disolver su brazo armado y presentarse a las elecciones como partido político.
Ha quedado un inmenso panorama de destrucción, millones de minas activas en el territorio angoleño y numerosísimos prófugos y combatientes que reinsertar en sus lugares de origen.
Las condiciones de vida en el país sigue siendo dramáticas, a pesar de sus riquezas naturales.
La población total actual ronda los 12 millones de habitantes.
