SAN JOSÉ, martes, 5 septiembre 2006 (ZENIT.org).- «Desorden personal, familiar y moral» están alimentando la creciente violencia que a diario padecen los costarricenses, alerta el episcopado católico.
Con fuerte preocupación se analizó este tema en la 92ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal católica, celebrada en San José del 7 al 11 de agosto.
Y es que, aún valorando el esfuerzo actual de respuesta al fenómeno, la escalada de violencia y la inseguridad ciudadana recorren Costa Rica, lamentan los prelados del país en un mensaje difundido –bajo el título «He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia (Jn. 10,10)»- con ocasión de su reunión.
«Agresión frecuente» «en las familias, en la vía pública y hasta en el deporte», además de «imprudencias al volante» como «expresión de prepotencia o de algún vicio que siembran dolor a muchas familias»: es el perfil de la violencia actual, describen.
Parece «que el modo de reaccionar violento se ha ido apoderando poco a poco de muchos», advierten.
¿De donde brota esa violencia?, se cuestionan los prelados: la raíz «no es otra que el desorden personal, familiar y moral».
«Y este desorden tiene como base los tres ídolos, el dios-dinero, el dios-poder y el dios-placer, ante los que se postra el hombre y la mujer modernos», denuncian.
Recordando que la violencia es un atentado «flagrante» contra los «derechos fundamentales de todo ser humano» -«su vida, su seguridad y su inviolable dignidad»-, exhortan a todos a construir «responsablemente un futuro de esperanza».
«La situación económica, social y de convivencia, demandan un esfuerzo concertado y generoso, para que el país que tanto amamos pueda salir adelante», reconocen, alentando además «al gobierno a favorecer y dignificar la vida matrimonial, familiar y social.
«No dejemos que la violencia suplante nuestra cultura de paz», piden los obispos de Costa Rica.
Por otro lado, aunque «hay que cambiar muchas cosas a fin de que se superen las desigualdades económicas y todos los ciudadanos puedan disfrutar de una vida digna», el episcopado subraya que la «vía de la confrontación» sólo empeora la situación.
Por eso, ante los Tratados de Libre Comercio [en negociación en la región latinoamericana con los Estados Unidos], piden «comprometerse, con ánimo sereno, y teniendo siempre en mente el bien común de Costa Rica, a buscar los caminos de entendimiento, dialogo y concertación en el recinto parlamentario y en todos los niveles ciudadanos a fin de lograr un acuerdo que haga posible el mantenimiento de la paz social».
[Texto íntegro del mensaje disponible en la sección «Documentos»
de Zenit].