NUEVA YORK, lunes, 11 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Son numerosas las convocatorias de oración y otras iniciativas que se han producido en estos días con motivo de la conmemoración del quinto aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Este domingo se celebró en la catedral nacional de Washington una vigilia de oración por la paz a la que se invitó a unirse a todo el mundo y que se prolongó durante toda la noche, en la que voluntarios del Centro de Oración y Peregrinación de la catedral se turnaron para rezar por la paz.
Durante todo ese día se celebraron conciertos conmemorativos en dicha catedral así como durante el día de hoy en que también se celebraron dos eucaristías y una meditación guiada con la misma intención.
En muchos otros centros tuvieron lugar actos conmemorativos como en la Universidad de St. John de Nueva York, donde se celebró un acto de oración por las víctimas y las campanas repicaron este lunes 108 veces en honor de los alumnos y ex alumnos que esta universidad perdió en la tragedia de las torres gemelas. Así mismo se celebró una eucaristía y una vigilia con candelas. Otras universidades neoyorquinas celebraron iniciativas similares.
A lo largo de todo Estados Unidos, se realizaron hoy actos, oraciones, vigilias y conciertos conmemorativos de este quinto aniversario. Muchos de estos actos tuvieron un carácter ecuménico.
En numerosos lugares cercanos a Nueva York se inauguraron monumentos y jardines y se plantaron árboles para recordar a las víctimas procedentes de esos lugares, fallecidas en los atentados. También se rindieron homenajes a los bomberos y voluntarios que participaron en el rescate de las víctimas.
Así mismo se celebraron numerosos seminarios y conferencias sobre cómo este acontecimiento afecta al futuro, cómo repensar el mismo y cómo encontrar soluciones a sus consecuencias.
En la ciudad de Nueva York se ha exhibido en diversos lugares una escultura de Mark Pilato, titulada «Ascent» que representa una celebración de la vida, una liberación de la tragedia y un proceso de curación. En la base de la escultura, los familiares de las víctimas que lo desean inscriben los nombres de sus seres queridos.
En la ciudad de Nueva York se proyectó en el cine Tribeca un documental titulado «Más allá del 11» que sigue las historias de Susan Retik y Patti Quigley, dos mujeres de Boston que estaban embarazadas cuando quedaron viudas en los atentados del 11 de septiembre.
Las dos fundaron la organización «Más allá del 11» cuya misión es ayudar a las viudas afectadas por la guerra y el terrorismo en Afganistán. El filme sigue a las dos mujeres por un periodo de tres años e incluye visitas a Kabul, Afganistán, donde ellas tuvieron la oportunidad de encontrarse con muchas de las mujeres beneficiadas por su organización.
Se inauguraron también diversas muestras fotográficas del acontecimiento y en honor de los numerosos héroes anónimos que respondieron con su ayuda.
En la ciudad de Nueva York se celebró una Conferencia Internacional por una Mañana de Paz, organizada por «Familias por un Mañana de Paz», que mantiene una red educativa para un trabajo de cooperación a favor de la paz. En la conferencia participan personas que han perdido familiares en conflictos armados de al menos veinte países.
En el Memorial del World Trade Center, tuvo lugar una ceremonia conmemorativa en la que este año los cónyuges, familiares y otras personas significativas leyeron los nombres de las víctimas, con un fondo musical. En los días anteriores, los familiares pudieron bajar al nivel inferior para honrar a sus seres queridos perdidos en la tragedia y depositar flores.
Los supervivientes de los atentados han conmemorado el quinto aniversario con el deseo común de «esperanza, curación y renovación» mediante una serie de eventos desde el día 6 de septiembre hasta hoy. Entre ellos un panel titulado «Lecciones olvidadas: Sobrevivientes portadores de un testimonio», que se centrará en los sobrevivientes y sus experiencias. Entre los panelistas participaron sobrevivientes del 11 de septiembre, del atentado con bomba de Oklahoma, del Holocausto, de Ruanda y de Darfur. El objetivo es prestar atención a los efectos devastadores del odio y la intolerancia y explorar temas comunes de la experiencia de los supervivientes que abran un camino de superación y renovación.