JAFFNA/KÖNIGSTEIN, martes, 19 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Monseñor Thomas Savundaranayagam, obispo de Jaffna (Sri Lanka), ha denunciado a todo el mundo la desaparición de un joven sacerdote de su diócesis, visto por última vez el 20 de agosto.
Se perdió el rastro del padre Jim Brown, de 34 años, acompañado del laico católico, Wenceslaus Vimalathas -de 40, padre de cinco hijos-, en una zona bajo el control de la Marina de Sri Lanka, en Allapiddy, Kayts.
Jaffna es uno de los escenarios de la escalada de violencia entre el ejército de Sri Lanka y los «Tigres para la Liberación de la Patria Tamil» (LTTE).
Recuerda un comunicado de «Ayuda a la Iglesia Necesitada» -recibido el lunes en Zenit- que, cuando estalló el conflicto en la península septentrional de Jaffna, el padre Brown invitó a los habitantes a refugiarse en su iglesia, y cuando el edificio fue atacado les ayudó a salvarse.
Unos días después se desplazó a la iglesia de San Felipe Neri, en la parroquia de Allapiddy, para evaluar las dimensiones de la destrucción. Desde entonces no se le ha vuelto a ver.
«El obispo del padre Brown ha decidido informar a la opinión internacional –explica el comunicado de AIN-, pues las cartas enviadas a los líderes del país, incluido el presidente Mahinda Rajapaksha, para recabar información sobre el sacerdote desaparecido no han dado frutos».
«Pese a numerosas pesquisas por nuestra parte, no sabemos nada del padre Brown», confirmó el prelado a la asociación internacional.
El obispo de Jaffna considera que Sri Lanka ha vuelto a sumirse en una situación de «guerra civil». Sugiere además que las fuerzas militares del gobierno podrían ser responsables de la desaparición del padre Brown.
El obispo explicó a AIN que asesinatos y secuestros esporádicos han sembrado el miedo entre la población, e indicó que hay signos de recrudecimiento del conflicto entre las fuerzas del gobierno y los rebeldes tamiles del norte.
«La gente está asustada», constató. «Los sacerdotes jóvenes tienen miedo, porque piensan que esto podría ocurrirles a otros sacerdotes asentados en zonas aisladas [V. Zenit, 13 septiembre 2006. Ndr]. Estoy preocupado por su seguridad; son mis colaboradores y no podemos perderlos», subrayó.
Describiendo el escenario actual en Jaffna como similar al de los peores momentos de la guerra civil finalizada en 2003, el obispo Savundaranayagam pide el fin de los enfrentamientos y reclama tanto a las fuerzas del gobierno como a los rebeldes que acepten las invitaciones de los representantes de la comunidad internacional para iniciar conversaciones de paz.
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