JAFFNA, miércoles, 6 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Por segunda vez se ha dirigido al presidente de Sri Lanka el obispo de Jaffna, cuya carta indaga el paradero del sacerdote y del laico desaparecidos el 20 de agosto en una zona controlada por la Marina del país.

En cuanto tuvo noticias del suceso, el obispo Thomas Savundaranayagam se movilizó, hasta el momento sin éxito (Zenit, 23 agosto 2006).

El nuncio apostólico en el país asiático, el arzobispo Mario Zenari, también ha hecho oír su voz a favor de los desaparecidos. Se están sumando llamamientos, manifestaciones, vigilias de oración y crece la preocupación de la comunidad católica local.

Este miércoles, el servicio informativo del episcopado indio (ICNS) ha difundido párrafos de la carta en la que el obispo de Jaffna pide al presidente Mahinda Rajapaksha ayuda para dar con el paradero del padre Jim Brown, de 34 años, y del laico católico Wenceslaus Vimalathas –de 40, padre de cinco hijos-.

«No tenemos aún información sobre si están vivos o no. Fueron a una zona bajo el control de la Marina de Sri Lanka, en Allapiddy, Kayts, el 20 de agosto y desde entonces no se les ha vuelto a ver», escribe el obispo Savundaranayagam en su carta al presidente.

La misiva apunta que los desaparecidos deben ser conducidos a los tribunales si han sido «detenidos por la Marina o se les acusa de algún delito».

Igualmente reclama que se lleve a cabo una investigación judicial imparcial, independiente de las fuerzas de seguridad, «para lograr la verdad sobre esta desaparición inmediatamente, pues estas dos vidas están consideradas en peligro».

El prelado observa que se trata de la segunda vez que escribe al presidente buscando su intervención en este asunto, a fin de que haya una respuesta adecuada a los problemas que afligen a todo el clero de Jaffna

La zona se cuenta entre las que sufren la escalada del conflicto, en los últimos meses, entre el ejército regular y los «Tigres para la Libración de la Patria Tamil» (LTTE), aunque teóricamente rige una tregua desde 2002, acordada tras dos décadas de sangriento choque.

El sufrimiento de la población civil está siendo elevadísimo, pagando además el precio del aislamiento y del desplazamiento en el propio país.

Recientemente «Radio Vaticana» se hizo eco de la llegada de más de 300 mil peregrinos –entre cristianos, musulmanes e hindúes- al Santuario de Nuestra Señora de Lanka –en Tewatte- al norte de la capital, Colombo, para pedir por la paz y orar por los enfermos.

La peregrinación anual tiene lugar el último domingo de agosto para orar por los enfermos, explicó «AsiaNews.it», pero la vuelta a la violencia ha impulsado al rezo por la paz. Numerosísimos sacerdotes concelebraron la Eucaristía que presidió el arzobispo local, monseñor Oswald Gomis.

La población de Sri Lanka está formada por casi 20 millones de habitantes: el 70% es budista, el 15% hinduista, el 8% cristiano y el 7% musulmán.