La declaración titulada «Acoger y promover la vida», que los obispos elaboraron a partir del análisis multidisciplinario de académicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, fue entregada este miércoles en conferencia de prensa ofrecida en dependencias del Episcopado en Santiago, por el Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Alejandro Goic, Obispo de Rancagua; junto al Secretario General, Mons. Cristián Contreras Villarroel, Obispo auxiliar de Santiago.
En la oportunidad, junto con texto se entregó una versión resumida periodística y se presentó una edición especial de la publicación «Iglesia de Santiago» que aborda en profundidad este tema.
En su documento, los obispos recuerdan que el don de la vida es sagrado y el respeto por la vida no es debatible, porque el debate no puede ser pretexto para inducir y justificar eventuales ataques a los cimientos de la sociedad.
Si bien comprenden la preocupación de la autoridad por enfrentar la realidad social del embarazo adolescente; no comparten las políticas propuestas, por cuanto ellas promueven medidas unilaterales que impiden construir un camino seguro hacia el desarrollo humano integral basado en la promoción de valores.
Aclaran los Obispos que algunas de esas Normas atentan contra bienes sociales tan fundamentales como la libertad de los padres sobre la educación de sus hijos. Su relativismo ético y visión antropológica ponen en riesgo el respeto por la vida y la dignidad de las personas.
La declaración episcopal puntualiza que, al ser probable que la Anticoncepción de Emergencia tenga un efecto abortivo, su uso es éticamente inadmisible para quienes respetan la vida humana. Y agrega que, así como ayer la defensa de los derechos humanos exigió el acompañamiento solidario de las víctimas de todo tipo de violencia; hoy exige la defensa del más indefenso.
A partir de la opinión de los juristas consultados, el Episcopado estima que las Normas afectan el ordenamiento jurídico chileno y se alejan del cumplimiento de los deberes del Estado hacia las personas y las familias. El documento evidencia inconstitucionalidades de fondo, pues vulnera tres garantías fundamentales: derecho a la vida, derecho a la vida privada y el derecho preferente de los padres de educar a sus hijos.
Los obispos miran con decepción y preocupación las alusiones peyorativas que contienen determinadas afirmaciones de las Normas del Ministerio de Salud acerca de los planteamientos que “algunas religiones” pueden hacer frente a estos temas. Preocupa que puedan ser expresión de ciertas posturas ideológicas que sustentan que toda referencia a Dios debe quedar reducida al ámbito de lo privado o a la conciencia individual.
Citando al Papa Juan Pablo II, los pastores afirman que no quieren para Chile lo que ha sucedido o está sucediendo en otras latitudes donde “la democracia, a pesar de sus reglas, va por un camino de totalitarismo fundamental. El Estado (…) se transforma en Estado tirano, que presume de poder disponer de la vida de los más débiles e indefensos, desde el niño aún no nacido hasta el anciano, en nombre de una utilidad pública que no es otra cosa, en realidad, que el interés de algunos”.
El Evangelio de la vida que está en el centro del mensaje de Jesús es una buena noticia para nuestra Patria, concluye el Comité Permanente del Episcopado.
Puede leerse la declaración «Acoger y promover la vida» en la página web de la Conferencia Episcopal de Chile (www.iglesia.cl).