China: Liberados dos de los nueve sacerdotes víctimas de los últimos arrestos

Su salud aconseja su salida de prisión

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BAODING, lunes, 15 enero 2007 (ZENIT.org).- Dos de los nueve sacerdotes católicos detenidos en la última oleada de arrestos en Hebei (al norte de China) han sido puestos en libertad por la policía por motivos de salud.

Se trata del padre Wen Daoxiu y del padre Li Yongshun. En particular, el padre Wen, de 50 años, el mayor del grupo de detenidos –todos de la Iglesia «no oficial»-, está enfermo del corazón, confirma la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews.it».

Los otros siete sacerdotes católicos -Li Shujun, Wang Quanjun, Wang Qiongwei, Pang Yongxing, Pang Haixing, Dong Guoyin y Liu Honggeng- permanecen en prisión.

El Gobierno chino permite la práctica religiosa en su país sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la «Asociación Patriótica» (AP) –cuyo estatuto recoge la creación de una Iglesia nacional desgajada de la Santa Sede-.

De ahí que afirmen una diferencia entre una Iglesia «oficial» o «patriótica» y los fieles que tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del Papa, formando la Iglesia «no oficial» o «clandestina».

Hebei es la región con el mayor número de católicos de China (1,5 millones), muchos de ellos pertenecientes a la Iglesia «no oficial».

Fuentes locales –obligadas al anonimato- confirmaron a la agencia del PIME que los presbíteros fueron detenidos porque habían participado en una reunión «ilegal». Confirman tales fuentes que la policía les quiso convencer para que firmaran su adhesión a la AP.

Fue el 27 de diciembre cuando se produjeron estas detenciones. El grupo de sacerdotes se habían reunido para estudiar en una localidad a una treintena de kilómetros al sur de Baoding. Al tratarse de sacerdotes no reconocidos por el gobierno, se dieron cita en un lugar no registrado por el gobierno; he ahí la causa de los arrestos, explican las fuentes aludidas.

Y es que, según los reglamentos en materia religiosa del Estado, tales gestos se consideran ilegales y quien los realiza es tratado como «un delincuente», observa «AsiaNews».

Igualmente recuerda que hace casi una década que la AP ha lanzado una campaña de detenciones entre obispos, sacerdotes y fieles de Hebei para someterles.

La agencia especializada en el entorno chino apunta que al menos seis obispos «no oficiales» de Hebei permanecen detenidos o están desaparecidos, entre ellos el obispo ordinario de la diócesis de Baoding, monseñor Giacomo Su Zhimin, de 73 años, detenido en 1996.

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ZENIT Staff

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