Obispo de Kirkuk: Irak va hacia la división

Monseñor Sako, preocupado por la fractura entre chiíes, suníes y kurdos

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KIRKUK, miércoles, 17 enero 2007 (ZENIT.org).- Irak se desliza hacia una terrible división. Los choques entre suníes y chiíes, la ejecución de Saddam Hussein, apresuran los pasos hacia el desmembramiento del país. Así es Irak hoy, según lo presenta monseñor Louis Sako, arzobispo caldeo de Kirkuk, en una entrevista concedida a la agencia AsiaNews.it.

«Irak va hacia la división –afirma con preocupación monseñor Sako–; los choques actuales lo demuestran y los estadounidenses no lo obstaculizan: el norte es kurdo (Kurdistán), el sur chií (Chiistán) y el centro ocupado por los suníes (Sunistán)».

«¡En los sitios de Internet y en los periódicos ya se han publicado los nuevos mapas políticos!», exclama con pena.

«Esto tendrá graves consecuencias en los países limítrofes, como Turquía, Siria e Irán, donde los kurdos piden mayor autonomía o independencia, pero los gobiernos son contrarios. La división de Irak no es una solución y no traerá paz ni estabilidad».

El ahorcamiento de Saddam Hussein también ha tenido consecuencias en el país, según el obispo de Kirkuk: «La fractura entre suníes y chiíes se ha hecho más grave por la forma trágica e irrespetuosa de la ejecución del antiguo presidente. Para los suníes, la causa de su marginación y el culpable de todo lo que está sucediendo en Irak, es el Irán chií. Los chiíes han tomado el poder, pero el Gobierno actual no ha logrado realizar la deseada reconciliación, ni asegurar la paz».

En 2007, está programado un referéndum sobre Kirkuk, que podría ser incluida en el Kurdistán o en la provincia suní.

La opinión de monseñor Sako sobre este problema es que «en torno a Kirkuk, gravitan enormes intereses y peligrosas tensiones. La ciudad no es religiosamente homogénea, ni étnicamente uniforme».

«Los habitantes son musulmanes, cristianos, kakai, kurdos, árabes, turkmenos, caldeos, asirios y armenios. ¿Será una realidad administrativa y política en sí misma? ¿Asimilada al Kurdistán o a la provincia central suní? Todos esperan el referéndum que no será fácil».

El prelado constata que «las cosas están empeorando y la población vive en el miedo y en la incertidumbre, sin saber donde estará su casa».

«El 13 de enero pasado –informa el pastor de Kirkuk–, los rebeldes mataron a tiros a dos empresarios e hicieron saltar por los aires una mezquita chií en construcción en el barrio Nida, parte este. Hay muchos ladrones».

«Cinco familias cristianas han pagado un rescate, otras piensan emigrar todavía más al norte o a Siria», revela.

No será fácil para los cristianos encontrar su lugar en el futuro Irak. «Los cristianos viven con dificultades cada vez mayores –indica–. Desde hace tiempo se piensa en reunirles en una zona específica: la llanura de Nínive».

«Tendrían así un nuevo territorio pero la idea de una zona protegida, ese “puerto seguro” mirado con simpatía por los kurdos y también los estadounidenses, exige como presupuesto el fin de la violencia y sigue siendo de todos modos un proyecto arriesgado».

«La llanura de Nínive está rodeada en gran parte por los árabes: los cristianos serían así un cojinete cómodo e indefenso entre árabes y kurdos».

«En mi opinión –concluye–, sería mucho mejor trabajar a nivel constitucional y de cada estado para garantizar la libertad religiosa y derechos iguales para los creyentes de todas las confesiones en el conjunto del territorio, también para los cristianos, presentes en todas partes de Irak».

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ZENIT Staff

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