BONOUA, lunes, 22 enero 2007 (ZENIT.org).- El pasado 18 de enero, concluyó el Congreso Internacional de los Hermanos Orionistas al que asistieron, desde el 12 de enero, en el centro «San Luis Orione» de Bonoua, en Costa de Marfil, más de cincuenta delegados.
Los congresistas de diversos países del mundo dialogaron y reflexionaron sobre el tema «La unidad de la familia y la vida fraterna garantía para el anuncio del Reino y estímulo para el incremento de nuevas vocaciones».
Los delegados procedían de Argentina, Chile, Brasil, Burkina Faso, Jordania, Kenia, Italia, Polonia, España y Togo.
«Este año –explicó el padre Enemésio Lazzaris, vicario general de la obra Don Orione y responsable de los Hermanos–, hemos decidido hacer el congreso de los Hermanos Orionistas en Costa de Marfil, como signo importante de atención y de compromiso de la Congregación hacia este país africano, y hacia todo el continente negro, y también para dar respuesta, idealmente, a los llamamientos del Pontífice por la Paz en esta nación que sufre desde hace años inestabilidad política y económica».
«La realidad orionina en África –añadió el vicario general–, en estos últimos veinte años ha crecido, no sólo gracias a las vocaciones, sino sobre todo gracias a las actividades desarrolladas por los Hijos de Don Orione al servicio de las clases sociales más desfavorecidas. Un trabajo cotidiano sustentado por los Hermanos religiosos, que en África, como en los otros continentes, representan una columna maestra de nuestra Congregación».