Los canales de televisión «Niños Cantores Televisión» y el «Canal 36» estaban siendo utilizados por la Iglesia sin el respaldo documental necesario, por lo que el TSJ estableció que al no tener un soporte legal sus frecuencias quedaban «libres».
El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) y arzobispo de Maracaibo, monseñor Ubaldo Santana, dijo a la prensa, tras reunirse con el ministro de Telecomunicaciones, Jesse Chacón, que el problema había sido resuelto.
La solución consistió en que una comisión mixta Gobierno-Iglesia elabore los documentos necesarios para regularizar el uso que la Iglesia Católica seguirá haciendo de los canales y para subsanar el vacío legal que dio origen a la reciente decisión de la Sala Político Administrativa del TSJ.
«Hemos recibido la buena noticia de que los canales ‘Niños Cantores Televisión’ y el ‘Canal 36’ van a ser habilitados administrativamente y consolidados legalmente para que sigan operando», dijo monseñor Santana.
«Estamos cerrando felizmente este capítulo», añadió el representante de la Iglesia.
El ministro Chacón expresó, por su parte, que esta solución «trasciende» la decisión del TSJ y aseguró que la comisión mixta que trabajará en el aspecto legal para regularizar la situación de ambos canales se reuniría hoy lunes, 22 de enero.
«No estamos interesados en sacar las señales de la Iglesia, más bien queremos trabajar conjuntamente con ella para recuperar valores y conceptos como el de la familia, que han sufrido un claro deterioro en la televisión», declaró el ministro.
En la reunión también se acordó que otras señales que habían sido cedidas a la Iglesia informalmente, y que no han sido utilizadas por falta de medios, retornarán al Estado.
Chacón precisó que el periodo de «habilitación» de los dos canales será de cinco años.
La señal de los «Niños Cantores Televisión» se capta en el estado de Zulia, en el extremo noroccidental de Venezuela, y el «Canal 36» en el estado de Carabobo, en el centro del país.
La decisión inicial del TSJ había sido considerada por sectores de la oposición como «un atentado contra el pluralismo y la libertad de expresión en Venezuela» y una evidencia de que el país camina hacia un «sistema totalitario».