ÚLTIMAS NOTICIAS
Jan 23, 2007 00:00
Día
HONG KONG, martes, 23 enero 2007 (ZENIT.org).- Un monje chino de la Orden Trapense, el padre Nicholas Kao Se-tsean, que se cree es uno de los sacerdotes católicos de más edad del mundo, celebró su 110 cumpleaños con su familia y amigos en Hong Kong.
El padre Nicholas concelebró una misa especial el 15 de enero, en la abadía de Nuestra Señora de la Alegría, en Hong Kong, el lugar en el que ha vivido y orado en la última etapa de su vida.
Unos cien católicos de Hong Kong, del continente chino, Taiwán y Malasia, lugares en los que el monje ha prestado sus servicios, compartieron la alegría del padre Kao.
Los amigos del padre Nicholas, que le visitaron en el monasterio, dijeron que cuando se le pregunta por el secreto de su larga vida, responde: «Dejo a un lado la ira, el tabaco, la glotonería, hago ejercicio, trato de practicar la humildad, la caridad, la oración y la paciencia».
Entre quienes asistieron al 110 cumpleaños del padre Nicholas, estaban sus sobrinos nietos, así como católicos que el había bautizado según ha recogido la agencia ENI.
El periódico de Hong Kong «Standard» describe al padre Nicholas como un «hombre delgado, amable y con sentido del humor, con una abundante barba blanca, que camina con la ayuda de un bastón de tres patas, y escruta el mundo como si fuera una tortuga que contempla el espectáculo».
El padre Kao nació en la provincia de Fujian, China oriental, el 15 de enero de 1897. Tras su ordenación sacerdotal, en 1933, prestó sus servicios en la catedral local durante un tiempo, y después embarcó como misionero para Taiwán, Malasia, Singapur y Tailandia, durante los 40 años siguientes.
Se unió al monasterio trapense en 1972 y empezó a vivir como monje. Reza siete veces al día y acostumbra a trabajar en una pequeña granja de la comunidad. El padre Nicholas dijo una vez: «lo que puedo hacer es muy poco. Y yo rezo... Dios puede cambiar la situación».
Según los informes periodísticos de Hong Kong, el libro Guinnes de los Récords recoge que el sacerdote que vivió más tiempo fue el padre Álvaro Fernández (1980-1998) en España.