CIUDAD DEL VATICANO/PEKÍN, miércoles, 24 enero 2007 (ZENIT.org).- La importancia de la carta que el Papa dirigirá a los católicos chinos, su profundo conocimiento de la situación en el país, la confianza en que se establezcan relaciones respetuosas y constructivas con las autoridades de Pekín, y una eventual Comisión vaticana: son algunas conclusiones de la reciente reunión en el Vaticano sobre la situación de la Iglesia en China continental.
En un comunicado la Santa Sede sintetizó los resultados de esta cita –del 19 y 20 de enero- convocada por Benedicto XVI y presidida por su secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone (Zenit, 21 enero 2007).
El Santo Padre «se ha mostrado profundo conocedor del “dossier” China» y al final del encuentro estuvo largo rato con los purpurados y otros participantes en el mismo, confirmó el cardenal Bertone a la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews.it».
Experto en el contexto chino, el director de la agencia del PIME, el padre Bernardo Cervellera, ha publicado un artículo en el que recoge la satisfacción y expectativa que suscita la próxima carta del Papa y la constitución de una Comisión sobre China.
«El aire que se respiraba fue muy cordial y fraterno; todos pudieron expresar sus preocupaciones», describió el cardenal Bertone.<br>
Éste subrayó, de lo tratado en la reunión, el valor del «luminoso testimonio» dado por la «Iglesia no oficial» en China y la «comunión con el Sumo Pontífice» de la «casi totalidad» de los obispos y sacerdotes chinos, también de la «Iglesia oficial».
El Gobierno chino permite la práctica religiosa en su país sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la «Asociación Patriótica» (AP) –cuyo estatuto recoge la creación de una Iglesia nacional desgajada de la Santa Sede-.
De ahí que en el país afirmen una diferencia entre una Iglesia «oficial» o «patriótica» y los fieles que tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del Papa, formando la Iglesia «no oficial» o «clandestina».
Entre los últimos problemas que esto ha ocasionado están las tres ordenaciones episcopales ilegítimas (sin consentimiento del Papa) celebradas, de la mano de la AP, en suelo chino en abril y noviembre pasados.
En declaraciones a la agencia del PIME después de la reunión vaticana, el secretario de Estado del Papa hizo hincapié en la exigencia de «un camino de testimonio libre y pacífico».
Añadió: «Espero de verdad que se establezca con las autoridades gubernamentales [de Pekín. Ndr] una relación respetuosa y constructiva, en la superación de las incomprensiones del pasado, y que podamos trabajar juntos por el bien –repito, “el bien”- del pueblo chino».
El cardenal Paul Shan, obispo emérito de Kaohsiung (Taiwán), participó en la reunión. «La carta del Papa será muy importante» y «tratará de los puntos sobresalientes de la cuestión china», adelantó.
Para el cardenal Joseph Zen Ze-kiun, obispo de Hong Kong, la reunión ha supuesto «un momento muy importante para todo el Vaticano, tanto que participaron todos los miembros de la Secretaría de Estado y toda la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, junto a expertos de los dicasterios, de Derecho Canónico, de Doctrina de la Fe, etcétera».
«Cada uno se expresó con auténtica libertad, franqueza y cordialidad, sin señal alguna de impaciencia y en total escucha -resaltó-. Todos querían comprender la verdad, aclarar los hechos, interpretarlos juntos, hallar soluciones».
De acuerdo con el purpurado chino, «esta reunión es un comienzo». Expresó igualmente que «se ha aprobado, en principio, una Comisión sobre China, si bien aún no se ha definido su composición».
El martes la agencia oficial china de noticias «Xinhua» apuntó que el país desea mantener diálogo y explorar vías para mejorar las relaciones bilaterales con el Vaticano, y ello según dos principios.
Los especificó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China Liu Jianchao la víspera, expresando que el Vaticano debe interrumpir sus «relaciones diplomáticas» con Taiwán y dejar de interferir en los asuntos internos de China bajo la excusa de asuntos religiosos –escribe «Xinhua»-.
En cualquier caso el portavoz oficial ha percibido positivamente la reunión mantenida en el Vaticano y el comunicado difundido por la Santa Sede el sábado pasado.
Afirmó –prosigue «Xinhua»- que China ha apreciado la voluntad del Vaticano de llevar a cabo un diálogo constructivo con China para normalizar las relaciones bilaterales.