CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 11 marzo 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI unió este sábado por la tarde con satélite y con la propuesta de la «caridad intelectual» a los universitarios de once ciudades de Europa y Asia, en particular, de Pakistán, Filipinas, China y la India.
El Papa participó en el encuentro desde el Aula Pablo VI del Vaticano (con capacidad para 10 mil personas, si se incluye el atrio), que se quedó pequeña para acoger a todos los chicos y chicas congregados.
La vigilia de oración tenía por tema: «La caridad intelectual, camino para una nueva cooperación entre Europa y Asia».
«La caridad intelectual puede unir el camino existencial de jóvenes que, a pesar de que vivan a grandes distancias los unos de los otros, logran sentirse unidos por su búsqueda interior y por su testimonio», constató.
Dejando a un lado los papeles, reconoció: «¡Debería escribir un nuevo capítulo de mi encíclica, la “Deus caritas est”, sobre la caridad intelectual!».
Le veían y escuchaban a través de grandes pantallas jóvenes congregados, gracias a la señal lanzada por el Centro Televisivo Vaticano, en Bolonia (Italia), Calcuta junto a la tumba de la Madre Teresa (la India), Coimbra (Portugal), Cracovia (Polonia), Hong Kong (República Popular China), Manchester (Inglaterra), Manila (Filipinas), Praga (República Checa), Tirana (Albania), Turín (Italia), e Islamabad (Pakistán).
Interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos, el obispo de Roma saludó en los diferentes idiomas a los jóvenes.
Al final, les dejó este consejo: «Los estudiantes, y con mayor razón los profesores cristianos, interpretan toda realidad a la luz del misterio de amor de Dios, que en la Cruz tiene su más elevada y cumplida realización».
Por este motivo, les dijo: «queridos jóvenes, os vuelvo a confiar la Cruz de Cristo: acogedla, abrazadla, seguidla. ¡Es el árbol de la vida!».
Y simbólicamente entregó a los jóvenes le exhortaciones apostólicas «Ecclesia in Europa» y «Ecclesia in Asia» en las que Juan Pablo II recogió las conclusiones de los sínodos de obispos de esos dos continentes.
Tras el encuentro, los jóvenes presentes en el Aula Pablo VI, peregrinaron con la cruz hasta la Universidad LUMSA, cercana al Vaticano, cuando en Roma ya había caído la noche.