La Federación Rusa guardó este miércoles luto por la explosión de la mina de carbón en Ulyanovskaya, Siberia, en la que perdieron la vida 108 mineros, así como por el incendio de un hogar de retiro para ancianos en el que murieron 63 personas, en la localidad de Kamyshevatskaya en la costa del Mar Azov.
En un telegrama enviado a Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, revela que el Papa está «profundamente entristecido» tras recibir ambas noticias dramáticas.
En el mensaje, «el Santo Padre expresa su cercanía espiritual a los ciudadanos afectados por estos tristes eventos, así como a toda la población de la Federación Rusa en estas horas de angustia».
«Mientras eleva al Señor de la vida fervorosas oraciones de sufragio por el eterno descanso de las almas de los difuntos, invoca el consuelo del cielo para quienes lloran la pérdida de sus seres queridos», añade el mensaje.
El Sumo Pontífice, tras desear la «pronta curación de los heridos involucrados en los accidentes, presenta su más sentido pésame a los familiares de las víctimas, invocando para todos los abundantes consuelos del cielo».