CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 3 mayo 2007 (ZENIT.org).- El padre Federico Lombardi, S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha calificado de «acto irresponsable» el ataque contra el Papa pronunciado en el concierto del 1 de mayo celebrado en Roma.
«Los comentarios irrespetuosos hacia el Papa y la Iglesia durante el concierto son evidentemente un acto irresponsable. Es justo decirlo, y han hecho muy bien los responsables de los sindicatos al disociarse», afirma el portavoz vaticano.
En el multitudinario concierto del día del trabajo, uno de los presentadores, Andrea Rivera, afirmó: «El Papa ha dicho que no cree en el evolucionismo. Estoy de acuerdo, la Iglesia nunca ha evolucionado».
El ataque público tiene lugar en una situación italiana tensa, después de que el arzobispo Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, haya recibido repetidas amenazas de muerte por su posición en defensa de la familia, en particular, de oposición al reconocimiento de las uniones homosexuales.
«L’Osservatore Romano», diario de la Santa Sede, escribe en la edición italiana del 3 de mayo: «También esto es terrorismo. Es terrorismo lanzar a ataques a la Iglesia. Es terrorismo alimentar el furor ciego e irracional contra quien habla siempre en el nombre del amor, el amor por la vida y el amor por el ser humano».
«El algo vil y terrorista lanzar piedras, en esta ocasión incluso contra el Papa, sintiéndose cubierto por los gritos de aprobación de una muchedumbre fácil de excitar y usando argumentos ridículos, manifestar la desconcertante ignorancia sobre estos temas», añade el diario vaticano.
En declaraciones al noticiero televisivo del primer canal de la RAI, televisión pública italiana, Lombardi ha precisado: «es de desear que todos nos esforcemos para disolver las tensiones y recrear las condiciones para un diálogo sereno en nuestra sociedad».
«En este sentido –concluyó–, es oportuno que lo que era una evidente estupidez no se transforme en una tragedia y en ocasión para encender de nuevo conflictos desmesurados».
