CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 23 mayo 2007 (ZENIT.org).- Caritas Internatonalis ha hecho un llamamiento para que se respeten las leyes internacionales que garantizan la seguridad de los civiles y ha pedido corredores humanitarios para atender a la población atrapada en los combates en el norte del Líbano.

Fuerzas libanesas que entraron en combate con cientos de militantes de Fateh el Islam entraron en el campo de refugiados de Nahr al-Bared. Nahr al-Bared alberga a más de 40.000 refugiados de un total de 400.000 palestinos refugiados en el Líbano.

Caritas ha hecho un llamamiento a todas las partes para que respeten la ley humanitaria que garantiza la seguridad de los civiles.

Caritas Líbano ha dicho que los civiles están quedando atrapados en los ataques a los campos y actualmente están aislados.

Un grupo de Caritas Líbano viajó a Trípoli y fue abordado por líderes civiles de campos palestinos para que ayude con recursos médicos y alimentos, y está trabajando para responder lo mejor posible.

La directora de la Unidad de Emergencia de Caritas Líbano Najla Chahda afirma: «Necesitamos un corredor humanitario en el campo asediado para ver las necesidades de los civiles atrapados en los combates y cómo podemos responder a las mismas. Es imposible decir lo que necesitan pero tememos que sean recursos médicos para los heridos y alimentos».

«También necesitamos ayuda para aquellos palestinos que han abandonado los campos y están viviendo con familias de acogida en el área», añadió.

La directora teme que la violencia interna, la peor que Líbano ha visto desde el fin de la guerra civil, pueda desestabilizar de nuevo al país. Los combates surgieron como una explosión en Beirut esta semana.

Chahda afirma que «la situación es muy preocupante. Parece como si el reloj hubiera vuelto a hace 25 años al principio de la guerra civil. No sabemos qué esperar de un momento a otro. Oramos por la paz y por que el Líbano se pueda salvar de cualquier ulterior sufrimiento».

Actualmente, Caritas ha estado ayudando en la reconstrucción y rehabilitación de comunidades afectadas por la guerra del último año entre Israel y militantes de Hizbulá.