ESTAMBUL, miércoles, 2 mayo 2007 (ZENIT.org).- Expresando su deseo de que el libro «Jesús de Nazaret» facilite el diálogo teológico entre las Iglesias cristianas, el Patriarca ecuménico (ortodoxo) de Constantinopla da la bienvenida a la publicación del volumen de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI.

Bartolomé I acompaña con una carta, fechada la pasada Pascua (cuya celebración este año ha coincidido para ortodoxos y católicos), la publicación de la versión griega del primer libro del Papa Joseph Ratzinger.

Atanasio Psicoghios, consejero directivo de «Ediciones Psicoghios», es el destinatario de la misiva.

El centro del cristianismo «es plenamente evidente» «que es la persona de Nuestro Señor Jesucristo», y «que las diferentes percepciones acerca de su persona han provocado la mayor parte de las divergencias y divisiones entre cristianos», apunta Bartolomé I en su carta.

«Pero esta persona no se conoce suficientemente, o más bien verdaderamente, por medio de estudios académicos», sino que «se requiere una relación personal que presupone una relación de amor, pero un amor no limitado a un simple sentimiento», constata.

«Es necesario que la razón entre en el corazón», sintetiza el patriarca ecuménico; «que haya un desarrollo armónico entre el sentimiento y la razón del hombre».
<br> «Ello llevará al desarrollo equilibrado, con la Gracia de Dios, también de la voluntad, de forma que el hombre de Dios sea completo e íntegro, y el culto hacia Cristo sea auténtico, espiritual y voluntario, con sentimiento, sí, pero no sólo sentimental», recalca.

«Por ello aguardamos con gran y ardiente interés --reconoce-- el esperadísimo libro titulado "Jesús de Nazaret" del amadísimo hermano en Cristo, el Santísimo Papa de Roma Benedicto XVI, cabeza de la venerada Iglesia Romano-católica, conocido por su competencia científica, pero también por su amor hacia la persona de Cristo, a Quien ha consagrado toda su vida».

Y «deseamos ver en este libro --sigue el Patriarca de Constantinopla-- las concepciones que se aproximan a las de nuestra Iglesia ortodoxa, de modo que pueda así facilitarse el diálogo teológico entre nuestras Iglesias y pueda surgir la esperanza de una superación definitiva de la secular división que existe lamentablemente hasta hoy, y que sus dos Iglesias y sus fieles se unan no sólo en la caridad, sino también en la fe y en los sacramentos».

«Con estas expectativas damos la bienvenida, desde la sede de nuestra Santísima Iglesia de Constantinopla la presente iniciativa, e imploramos sobre los editores y sobre los que se acerquen a esta edición la Gracia y la inmensa Misericordia del Señor Jesucristo Resucitado de entre los muertos y Dios y Salvador Nuestro», concluye.

Presentado oficialmente el 13 de abril y lanzado a la venta a los tres días, el libro de Joseph Ratzinger «Jesús de Nazaret» no es un documento del magisterio papal, como el propio pontífice explica; lo que pretende es favorecer en el lector el crecimiento de una relación viva con Jesús de Nazaret.

Roma y Constantinopla, punto de referencia espiritual para unos 300 millones de ortodoxos, consumaron su separación con el «gran cisma» del año 1054.

Tras más de 900 años de alejamiento, ortodoxos y católicos imprimieron un cambio decisivo a sus relaciones en 1965, cuando el Papa Pablo VI y el patriarca ecuménico Atenágoras suprimieron de la memoria de la Iglesia las dramáticas excomuniones.

En Estambul, actual Constantinopla, Benedicto XVI volvió a abrazar a Su Santidad Bartolomé I a finales de noviembre de 2006 para confirmar el compromiso recíproco de proseguir el camino hacia el restablecimiento de la comunión plena entre católicos y ortodoxos.