Portavoz de la posición de la Iglesia fue monseñor Francesco Follo, observador permanente de la Santa Sede ante esta institución el pasado 24 de abril. La Oficina de Prensa vaticana ha distribuido este jueves su intervención en francés.
«En un mundo expuesto a conflictos que siempre corren el riesgo de acarrear actos de violencia, los intercambios entre las culturas ofrecen más que nunca posibilidades de encuentro, de diálogo y de paz», comenzó diciendo el prelado.
Y citando las famosas palabras pronunciadas por Benedicto XVI el 20 de agosto de 2005 en Colonia, aseguró: «el diálogo intercultural e interreligioso es una necesidad vital».
«Hay que reconocer», señaló monseñor Follo, que «las religiones han sido, por desgracia, en numerosos casos, factores de violencia en la historia de la humanidad y que esta situación corre el riesgo de reproducirse bajo nuevas formas».
Pero, añadió, «es necesario subrayar también que las religiones han contribuido y pueden contribuir todavía a la cohesión social, a la reconciliación y a la paz».
El representante papal explicó que este diálogo no implica «subestimar las divergencias de fondo entre las religiones del mundo»; ahora bien, éstas «pueden ofrecer una gran contribución al promover los intercambios culturales que, sin ocultar las divergencias, se pongan al servicio de la justicia y de la paz».