SAO PAULO, jueves, 9 mayo 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pidió a los jóvenes de Brasil y de América Latina que se conviertan en los nuevos misioneros de la Iglesia, en un multitudinario encuentro que mantuvo en la noche de este jueves en Sao Paulo.
«Sois jóvenes de la Iglesia, por eso yo os envío para la gran misión de evangelizar a los jóvenes y a las jóvenes que andan errantes por este mundo, como ovejas sin pastor», dijo el Papa en una especie de Jornada Mundial de la Juventud en la que momentos de oración fueron alternados con música, en la que no faltó el ritmo de la samba.
Unos 35 mil jóvenes llenaban el estadio municipal de Pacaembu «Paulo Machado de Carvalho» y otros 30.000 se quedaron fuera al no encontrar espacio.
El Papa reconoció en su largo discurso, interrumpido frecuentemente por los aplausos, que «muchas veces sentimos temblar nuestros corazones de pastores, constatando la situación de nuestro tiempo»: «oímos hablar de los miedos de la juventud de hoy. Nos revelan un enorme déficit de esperanza: miedo de morir, en un momento en que la vida se está abriendo y busca encontrar el propio camino de realización».
«Registramos el alto índice de muertes entre los jóvenes —añadió–, la amenaza de la violencia, la deplorable proliferación de las drogas que sacude hasta la raíz más profunda a la juventud de hoy, se habla por eso, a menudo de una juventud perdida.
En este contexto, el Papa lanzó su llamamiento: «Sed los apóstoles de los jóvenes, invitadles a que vengan con vosotros, a que hagan la misma experiencia de fe, de esperanza y de amor; se encuentren con Jesús, para que se sientan realmente amados, acogidos, con plena posibilidad de realizarse».
«Que también ellos y ellas descubran los caminos seguros de los Mandamientos y por ellos lleguen hasta Dios», deseó.
El obispo de Roma dejó uno de sus consejos más sentidos para estos chicos y chicas: «El amor verdadero buscará cada vez más la felicidad del otro, se preocupará de él, se entregará y deseará ‘ser para’ el otro y, por eso, será siempre más fiel, indisoluble y fecundo».
«Existe un inmenso panorama de acción en el cual las cuestiones de orden social, económico y político adquieren un particular relieve, siempre que tengan su fuente de inspiración en el Evangelio y en la Doctrina Social de la Iglesia».
El Papa concluyó pidiendo a los jóvenes «que no desaprovechéis vuestra juventud».
«No intentéis huir de ella. Vividla intensamente, consagradla a los elevados ideales de la fe y de la solidaridad humana».
«Vosotros, jóvenes, no sois sólo el porvenir de la Iglesia y de la humanidad, como una especie de fuga del presente, por el contrario: sois el presente joven de la Iglesia y de la humanidad».
«Sois su rostro joven. La Iglesia os necesita, como jóvenes, para manifestar al mundo el rostro de Jesucristo, que se dibuja en la comunidad cristiana. Sin el rostro joven la Iglesia se presentaría desfigurada», concluyó.
El saludo de bienvenida corrió a cargo del arzobispo de Sao Paulo, monseñor Odilo Pedro Scherer, quien arrancó la ovación de los presentes al pedir al Papa que, tras la de Australia (julio 2008), la próxima Jornada Mundial de la Juventud se celebre en Brasil.