APARECIDA, miércoles, 16 mayo 2007 (ZENIT.org).- Según la profesora Sandra Ferreira Ribero, experta en la V Conferencia general del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en su discurso de apertura de la reunión eclesial, Benedicto XVI indicó la pista de la profundización del papel de la mujer en la sociedad y en la Iglesia.
Ribero, física, teóloga y especialista en Sociología de la Religión, coordinadora nacional del Movimiento de los Focolares en Brasil, recordó en la rueda de prensa del 15 de mayo que el Papa reconoció algo de machismo en las sociedades latinoamericanas.
De hecho, el Papa afirma en su discurso que «en algunas familias de América Latina persiste aún por desgracia una mentalidad machista, ignorando la novedad del cristianismo que reconoce y proclama la igual dignidad y responsabilidad de la mujer respecto al hombre».
«Es verdad que el Santo Padre subrayó ese aspecto hablando de la familia. Pero obviamente esa profundización del discurso sobrepasa el ámbito familiar», afirmo la experta.
Ribero destacó también que el hecho de que el discurso del Papa se sitúe en el inicio de la V Conferencia indica que se trata de una pista de reflexión».
«Juan Pablo II ya había subrayado el genio femenino, como él lo llamó. Como la Iglesia es una realidad muy rica, puede ser vista desde varios perfiles. El perfil mariano de la Iglesia fue históricamente muy poco considerado, y eso es un desafío hoy».
Según la experta de la teología de Hans Urs von Balthasar y del Magisterio de Juan Palo II se aprende que el perfil mariano es tan fundamental para la Iglesia como el perfil apostólico-petrino.
«María es la reina de los apóstoles sin pretender para sí los poderes apostólicos. Cualquier reflexión sobre el feminismo, sobre el papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad debe partir de una mariología más profundizada», dijo.
«Normalmente, cuando se piensa en el papel de la mujer en la Iglesia, se piensa enseguida en el sacerdocio femenino, pero no es eso». Según ella, eso es un «detalle insignificante» y un error, ante una «misión mucho mayor que se abre a la mujer», destacó.
«El papel de la mujer es prácticamente el papel de María en la Iglesia y en la sociedad», dijo la experta.
Según la profesora, María es la laica por excelencia, por tanto es también la discípula de Cristo por excelencia.
En ese sentido, la experta afirmó que un gran camino de actuación y profundización del perfil mariano en la Iglesia se abre en los nuevos movimientos eclesiales, realidades en las que los laicos se destacan y se forman bajo un nuevo impulso en los días de hoy.