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Impacto de las Conferencias Generales
Río de Janeiro: Cuando se tenía la preocupación por la falta de sacerdotes, la respuesta fue una renovación y fortalecimiento de la pastoral vocacional, sus frutos el aumento de las vocaciones nativas.
Medellín: Despertó una sensibilización en el magisterio local por los problemas políticos y socio-económicos, poniendo en evidencia la dimensión social del evangelio. Los errores no fue culpa de Medellín.
Puebla: Ayudó a ordenar las malas interpretaciones de Medellín e impulsó la reflexión sobre la verdad de Cristo, de la Iglesia y del Hombre. Estableció las bases de una eclesiología de participación, basada en el Vaticano II.
Santo Domingo: Despertó todo un ardor evangelizador que se manifestó en los nuevos métodos y nuevas experiencias. Se desplegaron iniciativas pastorales mas organizadas a través de las diversas comisiones, ya sea a nivel Nacional, Diocesano y Parroquial..
Expectativas: Esperamos una iglesia que dé respuestas a los retos que presenta el secularismo, el subjetivismo y el relativismo. Se hace necesario un nuevo perfil sacerdotal latinoamericano, volviendo a la lectura orante de la Biblia y potenciando la catequesis para lograr la tan anhelada misionariedad y ministerialidad de la iglesia.