El compromiso por la familia, servicio al bien común; asegura el Papa

Apoya a los obispos italianos en su defensa y promoción del matrimonio

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 25 mayo 2007 (ZENIT.org).- El compromiso de la Iglesia a favor de la familia, respetando la sana laicidad, es un servicio al bien común de toda la sociedad, considera Benedicto XVI.

Así lo explicó este jueves al recibir a los participantes en la asamblea general de la Conferencia Episcopal Italiana, que se ha celebrado en el Vaticano hasta este viernes.

«En el pleno y cordial respeto de la distinción entre Iglesia y política, entre lo que pertenece a César y lo que pertenece a Dios, no podemos dejar de preocuparnos por lo que es bueno para el ser humano, criatura e imagen de Dios: en concreto, por el bien común».

El Papa explicó que los obispos italianos han demostrado ofrecer este servicio al bien común en particular con la publicación de una nota del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal en el que ilustran la visión cristiana de la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer.

La Nota, publicada el 28 de marzo, confirma en particular el compromiso de los políticos y legisladores católicos de no votar a favor de la «legalización de las uniones de hecho», así como a favor de proyectos de ley favorables «al reconocimiento legal de las uniones homosexuales».

En este contexto, el Papa consideró que el «Family Day» (día de la familia), una manifestación organizada por asociaciones católicas y no católicas en la plaza de San Juan de Letrán, el 12 de mayo, con la participación de más de un millón de personas, «fue una extraordinaria y grande fiesta de pueblo, que confirmó cómo la familia misma está profundamente arraigada en el corazón y en la vida de los italianos».

«Este acontecimiento ha contribuido a hacer visible a todos ese significado y ese papel de la familia en la sociedad, que tiene particularmente necesidad de ser comprendido y reconocido hoy, ante una cultura que se hace la ilusión de favorecer la felicidad de las personas insistiendo unilateralmente en la libertad de los individuos por separado», comentó.

«Por tanto, toda iniciativa del Estado a favor de la familia como tal sólo puede ser apreciada y alentada», concluyó.

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ZENIT Staff

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