APARECIDA, viernes, 25 mayo 2007 (ZENIT.org).- Publicamos la propuesta que ha presentado la Pastoral Indígena Latinoamericana a la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. La intervención ha sido redactada por monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas (México), responsable de la Sección de Pastoral Indígena del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
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SITUACION
1. La mayoría de los pueblos indígenas viven empobrecidos y excluidos. Sufren graves ataques a su identidad y supervivencia, pues la globalización económica y cultural pone en peligro su propia existencia como pueblos diversos. Su progresiva transformación cultural provoca la rápida desaparición de algunas lenguas y culturas. La migración, forzada por la pobreza, está influyendo profundamente en el cambio de costumbres y de relaciones, e incluso de religión. Persiste un racismo inhumano y anticristiano contra ellos, incluso en ambientes eclesiales. Sin embargo, se constata una clara emergencia de diversas etnias, que se hacen cada vez más presentes en la sociedad y en la Iglesia, exigiendo sus derechos.
2. Nuestra Iglesia no ha permanecido al margen de esta realidad, sino que ha ido reconociendo el lugar y la misión que les corresponde, para que sean sujetos, protagonistas de la evangelización, agentes de la acción pastoral. En muchas partes, se está impulsando una evangelización integral, con insistencia en la promoción humana y en la inculturación del Evangelio y de la misma Iglesia. Se hacen esfuerzos, a veces aislados y esporádicos, por traducir la Biblia, la liturgia y la catequesis a los idiomas nativos, y por integrar en las celebraciones algunos ritos tradicionales, aunque no siempre con la debida prudencia y competencia. Cada día son más los indígenas que ejercen diversos ministerios en la Iglesia. Aumentan los sacerdotes, las religiosas y los diáconos indígenas, para llegar a ser Iglesias más autóctonas, como las describió el Concilio Vaticano II (Decreto Ad Gentes 6), sin negar los riesgos que este concepto implica. Faltan más obispos indígenas.
3. Sin embargo, hay graves quejas de grupos indígenas contra obispos, sacerdotes y religiosas, porque dicen que no tienen un corazón encarnado e inculturado en sus pueblos. Muchos desconocen las culturas indígenas y tienen prejuicios. Es una injusticia que sean muy pocas las etnias que gozan de traducciones católicas de la Biblia y de la Liturgia, a las cuales tienen pleno derecho. Se usan traducciones bíblicas hechas por protestantes, con graves deficiencias culturales y doctrinales. Son muy escasos los ritos litúrgicos inculturados, aprobados por la Santa Sede. En los Seminarios, poco se ha hecho por una formación de los candidatos indígenas al sacerdocio, que sea realmente inculturada.
4. Se han promovido encuentros regionales y continentales, simposios y otros eventos, para reflexionar sobre la situación de los pueblos indígenas, sobre los muchos nombres que se dan a Dios en las culturas indígenas, sobre el lugar de Jesucristo y de la Iglesia. Se han escuchado reconocimientos a la labor misionera y liberadora de la Iglesia Católica, pero también acusaciones a la no comprensión de las culturas originarias.
5. Es creciente el consenso de considerar propiamente “teología” a la llamada “Teología India”. Esta tiene su propio método, que se basa en mitos, ritos, símbolos, tradiciones, sueños, y que son formas distintas de expresar realidades trascendentes y de encontrarse con ellas, en un lenguaje más simbólico que conceptual. Esta es la forma de razonar en las culturas indígenas, más cercana a los métodos orientales que al de la teología clásica occidental. La Teología India debe seguir definiendo su propio método y elaborar alguna sistematización entre los contenidos doctrinales de fondo que hay en las culturas indígenas, y su relación con los diversos dogmas y misterios cristianos. Faltan puntos de referencia para una interpretación cristiana de los mitos y ritos. Se resalta el clima de diálogo, sereno y maduro, que se ha ido creando sobre temas delicados de la Teología India, con acompañamiento de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Se ha considerado válida la distinción entre “Teología India India”, que reflexiona y revalora la sabiduría de los mayores, sin referencia al Evangelio; es la quiere volver a las religiones precolombinas; “Teología India Cristiana”, la que se discierne, se valora y se ilumina a la luz de Jesucristo, junto con otras confesiones cristianas; y la “Teología India Católica”, la que se confronta y se enriquece también con el Magisterio de la Iglesia Católica.
PROPUESTAS
6. Es necesario presentar a los pueblos indígenas la persona y el mensaje de Jesús, en toda su profundidad. Cuando lo descubren, su vida es diferente. Son capaces de valorar las riquezas de sabiduría y trascendencia que Dios sembró en sus culturas, así como juzgar las limitaciones de algunas costumbres y tradiciones. Es lamentable que algunos agentes de pastoral insistan más en actividades de promoción social, siempre necesaria, dejando en un segundo momento el anuncio explícito de Jesús y la celebración de los misterios cristianos. Algunos idealizan lo indígena, como si el pecado no estuviera presente allí también.
7. Hay que armonizar una doble fidelidad: por una parte, a Jesucristo, a su Iglesia, con Pedro y bajo Pedro; por otra, a los pueblos indígenas, con sus ricas y variadas culturas, en las que Dios se ha hecho presente, y que necesitan también la redención. Caminar al unísono de nuestros hermanos indígenas, en el momento actual en que ellos irrumpen en la sociedad y en la Iglesia, reclamando el reconocimiento de su identidad cultural y religiosa.
8. Reforzar el caminar de la Iglesia de América Latina y el Caribe: opción por los pobres, denuncia de las estructuras injustas, teología liberadora ortodoxa, pastores cercanos al pueblo y defensores de los pobres, testimonio de los mártires, renovación de la vida religiosa inserta entre los marginados, ministerios laicales y diaconado de los indígenas.
9. Continuar la reflexión y los contactos entre los pastores y expertos en Teología India. Escuchar sin prejuicios sus contenidos, definir sus logros, dificultades y deficiencias. Todo lo noble y digno que Dios a manos llenas sembró en las culturas indígenas, es motivo de legítimo orgullo, de apertura al Espíritu, de camino de salvación, de riqueza católica para la Iglesia. En Cristo Jesús disfrutamos de la plenitud del amor del Padre, y es éste el mayor tesoro que les podemos ofrecer, para que lleguen a su madurez definitiva.
En resumen, defender la vida amenazada de los pueblos indígenas, acoger la Vida que el Espíritu está haciendo nacer y ofrecerles la Vida plena en Cristo.