Benedicto XVI, en su visita a Brasil, recordó ha pedido que los bautizados latinoamericanos sean discípulos de Jesucristo, con convicciones fuertes, con una adhesión personal y comunitaria.
«La Iglesia en América Latina debe salir en busca de esos bautizados que no participan en la vida de la comunidad. No nos podemos conformar frente a esa realidad. La Iglesia no puede estar distante, no puede negarse a todos ellos. No podemos quedarnos en casa. Jesús nos invita a IR y anunciar su palabra», expresó.
Agregó el Cardenal Hummes que la Iglesia debe organizar en sus parroquias, a los movimientos y a los laicos como grandes estimuladores de esta misión.
«Es una misión que debe responder a las necesidades de nuestros pueblos, la pobreza, el desempleo. Debemos ser solidarios», afirmó.
«Anunciar a Jesucristo exige ser solidarios y asumir una opción preferencial por pobres –añadió–. No podemos dejar de trabajar para vencer la miseria y el sufrimiento de los pobres, en nombre del Evangelio. No se puede separar evangelización de promoción humana y derecho a vivir dignamente».
Concluyó el purpurado brasileño diciendo que la Iglesia quiere renovar su vida y asumir sus compromisos: «Hoy debemos anunciar a todos, con coraje, la persona de Jesucristo. No hay mayor evangelización que el que da la vida por Jesucristo».