ROMA, miércoles, 25 julio 2007 (ZENIT.org).- «El discípulo de Jesús no debe asemejarse a los gestos de ambición de los poderes de los grandes de este mundo», alertó a la comunidad española el obispo que presidió la misa en la fiesta de Santiago Apóstol este 25 de julio en Roma.
«El camino del Evangelio es servicio, como la vida de Jesús que no vino a ser servido, sino a servir», recordó monseñor José Luís Redrado, O.H., secretario del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, en la homilía de la celebración eucarística celebrada en la Iglesia de Santiago y Montserrat de Roma, en el día del santo patrón de España.
El secretario del Consejo vaticano recordó que «el Señor invita a los apóstoles, a todos cuantos tienen un rol de servicio, invita, a quitarse los vestidos, a no actuar sólo por roles, quitarse las máscaras que esconden no se sabe qué cosas, y presentarse sencillos, pobres, vulnerables, purificar nuestros temores, no estar atados a seguridades humanas; es una invitación a servir como él ha servido».
Citando a los mártires y a los santos, monseñor Redrado subrayó que «la Iglesia nos los propone para que los imitemos».
«Santiago, nuestro apóstol, nos ayuda, sí, a ver nuestros defectos, debilidades, ambiciones, pero sobre todo a superarlos con la disponibilidad, con la apertura al Espíritu, con la fortaleza en medio de las pruebas, con el celo por la causa de Evangelio, con la vocación de servicio creativo, entusiasta, generoso, fiel», concluyó.