La dictadura de la «tolerancia»

Los cristianos obligados a aprobar la homosexualidad

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ROMA, miércoles, 7 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Cada vez más, las leyes sobre homosexualidad están creando conflictos para los cristianos que quieren seguir su conciencia. Hace unos días, una pareja cristiana de Inglaterra se vio forzada a retirar su solicitud para ser padres adoptivos porque no estaban preparados para promover la homosexualidad, informaba el periódico Telegraph el 24 de octubre.

Vincent Matherick y su esposa Pauline están registrados como padres adoptivos en el condado de Somerset. También son ministros de la Iglesia Cristiana de South Chard. Hace poco las autoridades les informaron que deben obedecer a las leyes que les exigen que traten la homosexualidad como igual a la heterosexualidad.

La pareja declaró al Telegraph que ni condenarían ni condonarían la homosexualidad, y que no podrían promoverla de forma activa debido a sus creencias religiosas. Tienen 3 hijos propios y han cuidado a no menos de 28 niños.

«Nos sentimos discriminados como cristianos, y muchos otros se encuentran en nuestra misma posición», afirmaba Pauline Matherick.

Un artículo publicado el mismo día en el periódico Daily Mail añadía que las nuevas leyes forman parte de la Equality Act de 2006, que hizo que la discriminación basada en la sexualidad fuese ilegal. El cambio tiene lugar en un momento en que, según el Daily Mail, hay una carencia crítica de padres adoptivos, puesto que se necesitan 8.000 más.

Solamente después de que el caso de la pareja recibiera notable atención en los medios las autoridades dieron marcha atrás, informó el Daily Mail el 2 de noviembre. Si bien no está del todo claro parece que podrán continuar siendo padres adoptivos.

Libertad de religión
Poco después de su aprobación, el cardenal Cormac Murphy-O’Connor, criticó con dureza la ideología que ha inspirado estas leyes, en una conferencia el 28 de marzo en el Westminster Cathedral Hall. En su discurso, titulado «El Reino de Dios y el de este mundo: la Iglesia en la vida pública», mantuvo que «la libertad de religión es mucho más que la libertad de culto, es la libertad de actuar de acuerdo a dichas creencias en servicio de los demás».

También lanzó una advertencia en contra de un estado laico que busca excluir totalmente los principios religiosos. «Se dice que la opción del estado por la laicidad es por la neutralidad; y se justifica normalmente por una petición de igualdad», explicaba el cardenal Murphy O’Connor.

«Pero esto en sí mismo es ideología, separa la religión de la realidad pública con el pretexto de que la religión divide», continuó.

«Si la igualdad sólo puede promoverse a expensas de la libertad de manifestar nuestra religión, tenemos razón al cuestionar la naturaleza de dicha igualdad», observaba el cardenal. «No será, seguramente, una igualdad que reconozca adecuadamente la dignidad común de todos».

Una de las consecuencias de las nuevas leyes es forzar a las agencias de adopción católicas a que entreguen niños al cuidado de parejas homosexuales. Hace poco Catholic Care, una de estas agencias, anunciaba que pondría fin a su servicio de adopciones como resultado de esta ley, informaba el periódico Daily Mail el 27 de julio.

Según el artículo, Catholic Care, que es llevada por la diócesis de Leeds, es una de las siete agencias católicas que pueden verse forzadas a poner fin a sus servicios de adopción. La ley da a las agencias hasta diciembre de 2008 para adaptarse a la nueva legislación sobre discriminación sexual.

El Daily Mail también advertía que la nueva ley tendrá amplias consecuencias. Por ejemplo, una imprenta cristiana no podrá rechazar la reproducción de material que promueva la homosexualidad, y no se permitirá a las iglesias que rechacen alquilar sus centros de conferencias o auditorios parroquiales a grupos homosexuales.

El 30 de julio, el periódico Telegraph publicaba un artículo informaba de una advertencia de Meg Munn, ministra de juventud, a los dueños musulmanes o cristianos de casas de huéspedes de que no pueden negarse a aceptar parejas homosexuales, a menos que impongan una prohibición de dormir juntos a todas las parejas.

Un juez excluido
Poco antes de que saliera a la luz el caso Matherick, un tribunal de apelación de trabajo escuchaba el recurso de un magistrado cristiano forzado a dimitir porque rechazó dar niños en adopción a parejas homosexuales, informaba el 23 de octubre el periódico Times.

Andrew McClintock se vio forzado a dimitir del juzgado de familia de Sheffield tras rechazar las audiencias de adopción que implicasen a parejas del mismo sexo. Continuó como magistrado para casos que no tuvieran que ver con familia. McClintock perdió una demanda por discriminación en marzo.

Durante el juicio, Paul Diamond, que representaba a McClintock, explicó que las objeciones de su cliente se basaban en la convicción de que dar en adopción niños a parejas homosexuales era un experimento de ciencia social.

La Iglesia de Inglaterra también ha tenido problemas con las leyes antidiscriminación. Un tribunal sentenció a favor de John Reaney, un homosexual al que el obispo de Hereford, Anthony Priddis, se negó a dar un puesto de trabajo, informaba el Telegraph el 19 de julio.

Un tribunal de trabajo encontró que Reaney había sido discriminado por motivo de su orientación sexual cuando se le negó un puesto para trabajar con jóvenes en la diócesis.

Según el Telegraph, el obispo Priddis declaró en sus evidencias que dejó claro a Reaney que una persona en una relación sexual fuera del matrimonio, fuera cual fuese su orientación sexual, no sería admitida para el puesto. Además el obispo declaró que el comportamiento de Reaney era contrario a las enseñanzas de la Iglesia y tenía «el potencial de tener impacto en el liderazgo espiritual, moral y ético dentro de la diócesis».

Posteriormente la BBC informó el 31 de octubre que McClintock perdió su caso ante el tribunal de apelación.

Presiones a la ceremonia del matrimonio
Inglaterra está lejos de ser el único país donde los cristianos sufren presiones por las leyes antidiscriminación.

En Estados Unidos, un grupo de la Iglesia Ocean Grove ha demandado al estado de Nueva Jersey, informaba el New York Times el 14 de agosto. El grupo se quejaba a las autoridades de que se les presionaba para permitir una ceremonia civil de una pareja de lesbianas en un pabellón de su propiedad con vistas al mar.

La Ocean Grove Camp Meeting Association denegó originalmente una petición en junio de Harriet Bernstein y Luisa Paster para celebrar la ceremonia el 30 de septiembre. La pareja presentó una queja por discriminación ante la División de Derechos Civiles de Nueva Jersey. Como reacción, el grupo presentó una demanda en el tribunal de distrito para defender sus derechos religiosos.

A principios de año en Nueva Zelanda, un homosexual iraní consiguió asilo mientras que a otro iraní, cristiano, se le denegó el mismo estatus. Según un reportaje el 9 de febrero en el New Zealand Herald, la Autoridad de Apelación del Estatus de Refugiado permitió a Ahmad Tahooni quedarse en el país, a pesar de que en su demanda original pedía asilo por cuestiones políticas y no sexuales.

Por su parte, Thomas Yadegary, también iraní, se convirtió al catolicismo tras llegar a Nueva Zelanda. Fue arrestado en noviembre de 2004 y su petición del estatus de refugiado se rechazó. Yadegary sostuvo que los musulmanes que se convierten al cristianismo se enfrentan a una potencial pena de muerte en Irán.

«Qué clase de doble vara de medir hay entre los funcionarios de inmigración de este país», preguntaba un sacerdote católico, el padre Peter Murnane, en un nota de prensa el 7 de febrero de la oficina católica de comunicación de Nueva Zelanda.

Campañas ideológicas< br>La promoción de la homosexualidad no sólo está afectando a la libertad religiosa, sino que también ha dado el tono a una campaña ideológica de promoción. El 24 de octubre, el diario italiano Corriere della Sera informaba de una campaña lanzada por la región italiana de la Toscana contra la discriminación homosexual.

La foto presenta a un bebé recién nacido con un brazalete de hospital en su brazo, que lleva la palabra «homosexual». Se planea distribuir miles de copias de la foto en forma de folletos y pósters.

Según Alessio De Giori, presidente de la rama toscana de un grupo prohomosexual, ArciGay, se trata de convencer a la gente de que la homosexualidad no es una elección sino algo inmutable y genéticamente determinado.

La foto recibió la crítica inmediata del secretario de estado del Papa, cardenal Tarcisio Bertone, informaba el mismo día la agencia de noticias italiana ANSA, quien dijo que los organizadores habían ido muy lejos en su campaña. La tolerancia de las diferencias es un concepto que los defensores de la homosexualidad han borrado de su vocabulario.

Por el padre John Flynn, L. C.

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ZENIT Staff

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