ROMA, jueves, 29 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Los modelos eclesiásticos de la Iglesia Católica y la Ortodoxa son «esencialmente diversos» y, por tanto, el patriarca de Constantinopla no puede ser visto como el «Papa de Oriente», aclara el obispo ruso ortodoxo Hilarión Alfeyev de Viena y Austria.
Con esta aclaración, el prelado explica las controversias nacidas en el X Encuentro de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa en su conjunto, cuya asamblea plenaria se celebró en Rávena, Italia, del 8 al 14 de octubre pasados.
La delegación del Patriarcado de Moscú se retiró del encuentro, en signo de protesta por la participación de los miembros de la llamada Iglesia Apostólica Estonia, creada por el Patriarcado de Constantinopla en 1996, y declarada por éste «autónoma», un estatuto que no ha sido reconocido por la Iglesia moscovita.
La decisión de abandonar la asamblea llevó al metropolita Ioannis de Pérgamo, del Patriarcado de Constantinopla a acusar a la Iglesia ortodoxa rusa de autoritarismo.
Según el obispo Hilarión, es justo el metropolita, copresidente de la Comisión, junto al cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el «responsable del fracaso del diálogo».
Sus comentarios y el texto final del documento firmado en Rávena, explica el prelado en una entrevista a la agencia «Interfax», «pueden dar la impresión de que el Patriarcado de Constantinopla empujó deliberadamente al Patriarcado de Moscú a alejarse del diálogo para poder aprobar decisiones que no habrían sido posibles con la participación del Patriarcado moscovita».
El obispo citó como ejemplo el párrafo 39 del documento, que afirma que la convocatoria del Concilio Ecuménico, en el sentido estricto del término, se hizo imposible tras el cisma entre Oriente y Occidente en el siglo XI, aunque las dos Iglesias hayan seguido teniendo concilios cada vez que se dan serias crisis.
Tales concilios, dice el texto, reunían a los obispos de Iglesias locales en comunión con la Sede de Roma o, aunque en modo diverso, con la de Constantinopla.
El obispo Hilarión, representante de la Iglesia ortodoxa rusa ante las instituciones europeas, dijo que, según la tradición ortodoxa, la comunión con la sede de Constantinopla no se considera un requisito para la unidad, como lo es en cambio la comunión con la Sede de Roma para las Iglesias occidentales.
«Los modelos eclesiásticos de la Iglesia ortodoxa y de la Iglesia católica romana son esencialmente diversos, y el patriarca de Constantinopla no tuvo nunca el mismo papel que el obispo de Roma en la Iglesia Católica».
«En algunos periodos históricos, además, una u otra Iglesia local carecían de comunión con la sede de Constantinopla y esto no influía en su plena colegialidad», insistió.
En la reunión de la Comisión, en Belgrado en 2006, añadió el obispo Hilarión, la puesta al día del documento de base se confió al Comité de la Comisión Mixta Internacional que, en febrero de 2007, propuso una definición que habría satisfecho al Patriarcado de Moscú. El de Constantinopla, sin embargo, suscitó objeciones porque no se mencionaba la «comunión con la sede de Constantinopla».
En ausencia de los representantes del Patriarcado de Moscú, denuncia, la versión del Comité fué rechazada y el texto sobre el que había objetado la Iglesia Rusa fue reintroducido en el documento final.
En cuanto al primado en la Iglesia universal, para el obispo Hilarión, el Patriarcado de Constantinopla está interesado en el argumento «porque en el contexto del diálogo católico-ortodoxo, espera forzar a las Iglesias locales a interpretar el primado en un modo que podría extender sus derechos históricos».
Hasta hoy, recordó el prelado, las Iglesias ortodoxas han reconocido sólo el primado de honor del patriarca de Constantinopla pero el metropolita Ioannis afirma en sus entrevistas que «la noción de ‘primado de honor’ no es compatible con el derecho canónico ortodoxo».
La Iglesia de Constantinopla, denuncia Hilarión, «quiere imponernos un modelo de organización eclesiástica que no existió nunca en la tradición ortodoxa y que es cercano al modelo centralizado de la Iglesia católica romana». El patriarca de Constantinopla vendría así a configurarse como el «Papa de Oriente».
En la próxima serie de diálogos, prevista para 2009, se verá si las otras Iglesias ortodoxas aceptan este esquema, indicó el obispo.
«De todos modos –concluyó–, está ya claro que la ausencia del Patriarcado de Moscú facilitará mucho el trabajo para desarrollar este modelo».
La Comisión Mixta Internacional fue instituida por el Papa Juan Pablo II y por el Patriarca Ecuménico Dimitrios I, el 30 de noviembre de 1979, en Estambul, en la fiesta de San Andrés, patrono de la Iglesia de Constantinopla.
Por Roberta Sciamplicotti, traducción de Nieves San Martín