CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 6 diciembre 2007 (ZENIT.org).- La necesidad de asegurar la paz en Kosovo ha sido uno de los argumentos centrales de la audiencia que concedió este jueves Benedicto XVI al presidente de la República de Albania, Bamir Topi.
El jefe de Estado fue recibido sucesivamente por el secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, acompañado por el secretario para las Relaciones con los Estados, el arzobispo Dominique Mamberti.
Un comunicado de prensa emitido por la Oficina de Información de la Santa Sede explica que «el presidente quiso manifestar agradecimiento a la Iglesia católica por la contribución ofrecida a la población albanesa, sobre todo a través de las instituciones educativas y asistenciales, complaciéndose además por los recientes acuerdos firmados en el ámbito de la salud y fiscal [con la Santa Sede, ndr.], y deseando que esta colaboración pueda continuar también desde el punto de vista cultural y espiritual».
Topi informó al Papa y a sus colaboradores «sobre los recientes pasos dados por el gobierno albanés para resolver los mayores problemas del país, instaurar un Estado de derecho y avanzar hacia la integración europea».
«Por último, se trataron cuestiones bilaterales y regionales. Por lo que concierne al estatus jurídico definitivo del Kosovo, se habló de la necesidad de que se tengan en cuenta las peticiones fundamentales de las partes y que se evite el recurso a la violencia», concluye el comunicado vaticano.
Los mediadores internacionales para Kosovo (de Rusia, Estados Unidos, y la Unión Europea), en las conversaciones entre Belgrado y Pristina, están a punto de presentar un informe sobre el estatuto de este territorio, a petición del Consejo de Seguridad de la ONU.