YAKARTA, miércoles, 13 febrero 2008 (ZENIT.org).- Según un especialista australiano en el Islam indonesio, los partidos políticos islámicos son cada vez menos populares, informaba el 11 de febrero un despacho de Eglises d’Asie (EDA), la agencia de las Misiones Extranjeras de París.
Para Greg Fealy, profesor universitario, los partidos políticos islámicos en Indonesia, el país con el mayor número de creyentes musulmanes en el mundo, permanecen relativamente poco populares.
Un hecho que se explica por la debilidad de su dirección y el rechazo a tener en cuenta las expectativas del electorado, lo que podría traducirse en un resultado relativamente mediocre de estos partidos en las próximas elecciones legislativas, previstas para 2009.
Investigador en la Escuelas de Estudios del Pacífico y Asiáticos de la Universidad nacional de Australia, en Camberra, Fealy se encontraba en Yakarta con motivo de la publicación de la traducción al indonesio de su obra «Joining the caravan? The Middle East, Islamism and Indonesia», un análisis de las influencias procedentes de Oriente Medio en el Islam indonesio, en el contexto del post-11 de septiembre de 2001 y de los atentados de Bali, de noviembre de 2002.
La obra en indonesio ha sido publicada por la editorial islámica Mizan, fundada en 1983 con una visión plural del Islam. Greg Fealy fue invitado a expresarse en el marco de una conferencia organizada por su editorial y por el Instituto Indonesio de Ciencias (LIPI, Lembaga Ilmu Pengetahuan Indonesia), una institución pública.
«En la escena política, todos los partidos islámicos en Indonesia presentan una dirección que se caracteriza por su debilidad», declaró el investigador, según informó el pasado 8 de febrero el «Jakarta Post».
Este hecho se ha verificado tanto en el Partido del despertar nacional (PKB), el Partido de la justicia y la prosperidad (PKS), el Partido del desarrollo unido (PPP) o el Partido del mandato nacional (PAN).
Greg Fealy citó el caso del presidente del PPP, Suryadharma Ali, quien, dentro de su propio partido, no es considerado una personalidad de envergadura.
«Esto es un límite seguro, pues se propone, en 2009, ir a buscar voces suplementarias», subrayó. Una afirmación que no ha desmentido Irgan Chairul Mahfiz, secretario general del partido en cuestión, y a la que ha respondido que él y sus homólogos del PPP harán de todo para desmentir al investigador australiano.
Según Greg Fealy, este problema de liderazgo no es nuevo. La figura histórica del PKB, antiguo presidente de la República, Abdurrahman Wahid, domina desde hace mucho los procesos de toma de decisiones en el seno del partido. «Al final, esto no es bueno pues la democracia interna del partido se encuentra debilitada», explicó, añadiendo que un partido como el PAN depende también demasiado exclusivamente de la figura de su actual jefe, Sutrisno Bachir. «En el momento en que Bachir se retire de la vida política, el futuro del partido queda comprometido».
Interviniendo en la conferencia, Syamsuddin Haris, observador de la escena política y miembro del LIPI, añadió que el PKS sufría también debilidad, no por el hecho de un problema de liderazgo sino de posicionamiento político. No dudando en asumir posiciones de trinchera, el partido «adolece de personalidades fuertes que pongan el acento en los valores pluralistas».
Como ejemplo, citó el fuerte empeño del partido en favor del voto de la ley antipornografía. «El PKS considera que se trata de un combate por la defensa de los valores islámicos, pero no se da cuenta que una importante fracción de la opinión considera su postura como una limitación a la libertad de expresión en la sociedad».
Como un eco sobre el tema, el PKS ha publicado un comunicado para afirmar que su línea permanecerá sin cambios, ante los rumores que daban a entender que su dirección contemplaba un giro hacia una línea política mas abierta. «El término ‘apertura’ no ha formado nunca parte de nuestro programa (…). El PKS es y permanece como un partido que aboga por el Islam y defiende los principios de la moral islámica y de la charia», se puede leer en el comunicado hecho público el 6 de febrero pasado.
Yudi Latif, del Instituto para la Reforma, ha expresado sin embargo reservas sobre la supuesta debilidad electoral de los partidos islámicos. En 2004, el conjunto de estos partidos sumó el 38% de los sufragios, en ligero aumento en comparación con el 36% de 1999. En 2009, los partidos islámicos podrían consolidar su electorado si logran atraer a los electores indecisos, que no definen prioritariamente su opción electoral por un factor ideológico. «En función de lo que hagan los electores indecisos, el PKS puede muy bien superar el 7% de los votos obtenidos en 2004», estimó.
Traducido del francés por Nieves San Martín