ROMA, miércoles, 12 marzo 2008 (ZENIT.org).- El 25 aniversario de la erección del Opus Dei como prelatura personal ha servido para que personalidades eclesiales reconozcan la contribución que realiza a la Iglesia la obra fundada por san Josemaría Escrivá de Balaguer hace 70 años.
El cardenal Camillo Ruini, obispo vicario del Papa para la diócesis de Roma, intervino en un acto celebrado este lunes, en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, para recordar la decisión que Juan Pablo II tomó hace un cuarto de siglo de publicar la constitución apostólica Ut sit, con la que daba este estatuto jurídico al Opus Dei.
El cardenal Ruini, confió en declaraciones a Zenit algunos aspectos de la contribución que ofrece «la Obra» –como es familiarmente conocida– a la Iglesia.
«La prelatura realiza un gran trabajo, sobre todo apostólico –asegura–: en el sentido de que logra penetrar y llevar el mensaje de Cristo, el testimonio cristiano en muchos ambientes –en la cultura, en la economía, en el trabajo, incluso en el arte–, en los que con frecuencia a las diócesis les cuesta penetrar. Esta es una primera ayuda concreta».
«En segundo lugar –añade el purpurado–, la prelatura tiene una actividad formativa de la que se benefician muchas personas, aunque no pertenezcan plenamente a la prelatura, pero que pertenecen también a las diferentes diócesis esparcidas por el mundo. Esta es también una gran contribución, pues la formación de todos los fieles, en particular de los laicos, es fundamental para el testimonio de vida, y antes aún, para la búsqueda de la santidad».
«El carisma propio de la prelatura, que ya antes del Concilio Vaticano II insistió en la vocación universal a la santidad», aclara, «creo que es también hoy la contribución más grande que la prelatura ofrece a la vida de las diferentes diócesis».
El prelado del Opus Dei, el obispo Javier Echevarría, explicó en su intervención en el acto público que la formación es la tarea en la que se resume toda la labor de la prelatura, de modo que las personas que se acercan a ella «puedan actuar con sentido cristiano en la vida profesional, familiar y social y, con la conciencia bien formada, estén en condiciones de decidir libremente acerca de sus propias opciones».
Recordando el legado de san Josemaría, ha explicado a Zenit: «Es difícil hacer una síntesis, de todas maneras, lo que es importante para mí es recordar siempre que constantemente nos iba invitando a que santificásemos la vida de cada momento, la vida ordinaria, sabiendo que en la gran misericordia de Dios todos estamos llamados a la santidad».
La prelatura, dice su superior, sólo busca «servir a la Iglesia en todo y para todo, lo decía San José María Escrivá tantas veces con un convencimiento pleno que respondía a lo que llevaba en el alma: «si la Obra no fuese para servir a la Iglesia no la querría, que Dios la destruya»».
Monseñor Fernado Ocáriz, vicario general del Opus Dei, sintetiza el mensaje de la espiritualidad de la prelatura con estas palabras: «No sólo todos estamos llamados a ser santos, a unirnos plenamente con Jesucristo, sino que además todas las realidades temporales, el trabajo, la familia, pueden y deben ser medio para encontrarse con Dios, para progresar en la vida espiritual».
Forman parte de la prelatura más de 87.000 personas, de las que en torno a 1.900 son sacerdotes. Del total de fieles, alrededor de la mitad son mujeres y la mitad hombres.
Está presente en 61 países. En Europa sus miembros son 49.000; en América, 29.400; en Asia y Oceanía, 4.800; y en África, 1.800.
Pasajes de estas entrevistas pueden verse en www.h2onews.org
Por Mercedes de la Torre