CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 30 marzo 2008 (ZENIT.org).-  Publicamos la declaración que ha emitido el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, en respuesta a una nota crítica al Bautismo impartido por Benedicto XVI al periodista Magdi Cristiano Allam, subdirector de «Il Corriere della Sera», publicada por el profesor Aref Ali Nayed, director del Royal Islamic Strategic Studies Center, quien ha tenido un papel decisivo para el diálogo islámico cristiano con la redacción de la «Carta de los 138 sabios» musulmanes enviada al Papa y a líderes cristianos.

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Ante todo, la afirmación más significativa es, sin duda, la confirmación de la voluntad del autor de continuar el diálogo de profundización y conocimiento recíproco entre musulmanes y cristianos. Y de no cuestionar en absoluto el camino emprendido con la correspondencia y los contactos establecidos, a lo largo del último año y medio, entre los sabios musulmanes, que firmaron las conocidas cartas, y el Vaticano. En particular, por medio del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Este camino debe proseguir, es extremadamente importante. No se debe interrumpir y es prioritario con respecto a episodios que pueden ser objeto de malentendidos.

En segundo lugar administrar el bautismo a una persona significa reconocer que ha acogido la fe cristiana libre y sinceramente, en sus artículos fundamentales, expresados en la ‘profesión de fe'. Ésta viene proclamada públicamente con ocasión del bautismo. Naturalmente, todo creyente tiene la libertad de conservar sus propias ideas sobre una vastísima gama de cuestiones y problemas, en los cuales, entre los cristianos hay un legítimo pluralismo. Acoger en la Iglesia a un nuevo creyente no significa, evidentemente, asumir todas sus ideas y posiciones. En particular, sobre temas políticos y sociales.

El bautismo de Magdi Cristiano Allam es una buena ocasión para reiterar expresamente este principio fundamental. Él tiene el derecho de expresar sus propias ideas, que siguen siendo ideas personales. Evidentemente, sin que éstas se vuelvan, de ninguna forma, expresión oficial de las posiciones del Papa o de la Santa Sede.

En cuanto al debate sobre la lección del Papa en Ratisbona, las explicaciones sobre su correcta interpretación en las intenciones del Papa fueron dadas a su debido tiempo y no hay motivo para cuestionarlas de nuevo. Al mismo tiempo, algunos temas abordados entonces, como las relaciones entre la fe y razón, entre religión y violencia, permanecen naturalmente objeto de reflexión y de debate y de posiciones diversas, dado que se refieren a problemas que no se pueden resolver de una vez para siempre.

En tercer lugar, la liturgia de la Vigilia Pascual ha sido celebrada como cada año, y la simbología de la luz y de la oscuridad forma parte desde siempre. Ciertamente es una liturgia solemne y la celebración en San Pedro por parte del Papa es una ocasión muy particular. Pero acusar de maniqueísmo las explicaciones de los símbolos litúrgicos por parte del Papa - que realiza cada vez y en lo cual es maestro - manifiesta quizá, posiblemente, una incomprensión de la liturgia católica, más que una crítica pertinente al discurso de Benedicto XVI.

Finalmente, manifestamos también nuestro desagrado por lo que el profesor Nayed dice acerca de la educación en las escuelas cristianas en los países de mayoría musulmana objetando un riesgo de proselitismo. Nos parece que la grandísima tradición de compromiso educativo de la Iglesia católica también en los países de mayoría no cristiana (no sólo Egipto, la India, Japón, etc.) donde desde hace mucho tiempo la gran mayoría de los estudiantes de las escuelas y universidades católicas no son cristianos y permanecen con serenidad y agradecidos por la educación recibida, merezca otra apreciación. No pensamos que la Iglesia merezca hoy ser acusada de falta de respeto por la dignidad y la libertad de la persona humana. Son otras las violaciones que la Iglesia padece y a las que da atención prioritaria. Y quizá por eso el Papa se ha asumido el riesgo de este bautismo: afirmando la libertad de elección religiosa consecuente a la dignidad de la persona humana.

De todas formas el profesor Aref Ali Nayed es un interlocutor al cual reservamos una altísima estima y con el cual siempre vale la pena confrontarse lealmente. Esto permite tener confianza en el proseguimiento del diálogo.

 

Traducción de «Radio Vaticano»