CIUDAD DEL VATICANO, martes, 4 marzo 2008 (ZENIT.org).- El valor de cada uno de nosotros será medido por el amor, explicó el cardenal Angelo Comastri, arcipreste de la Basílica Vaticana, a los jóvenes que el 29 de febrero participaron en la misa en el Centro Internacional Juvenil San Lorenzo.

Comentando la lectura del Evangelio, donde un escriba pregunta a Jesús cuál es el más grande de los mandamientos, el purpurado dijo: «También nosotros esta tarde como el escriba preguntamos a Jesús: ¡Cuál es el primer mandamiento? ¿Cuál es la cosa que más cuenta ante Dios?».

«Ante Dios uno vale lo que ama. Es una revolución. En el mundo se usan otros criterios de valoración. Ante Dios existe sólo un valor: el amor», explicó.

«Al final de la vida se pesará a todos con la balanza de la caridad y cada uno valdrá lo que ha amado (Cf. Mateo 25)», añadió.

Y recordó a los jóvenes que la madre Teresa de Calcuta, resumiendo el Evangelio, decía: «El Evangelio está todo en cinco dedos: lo habéis hecho a mí».

«¿Pero por qué cuenta sólo la caridad?», se preguntó el cardenal Comastri.

«La respuesta --añadió-- es, una vez más, la revolución del cristianismo: porque Dios es amor. Si tu estás en el amor tienes a Dios contigo, y si tienes a Dios contigo estás ya en el paraíso; por el contrario, si te falta Dios, no tienes nada».

Refiriéndose al pasaje de la mujer pecadora que lava los pies a Jesús y los seca con sus cabellos en la casa de un notable fariseo, el purpurado dijo: «Esta mujer en aquel momento declara con su gesto: yo creo que tu eres el amor. Yo tengo el amor, no lo había encontrado hasta hoy, pero ahora que te he encontrado he comprendido que Dios es amor».

Y Jesús dice a Simón que le había invitado: tú eres aparentemente bueno pero tu corazón es de hielo, tú ante Dios no vales nada. Esta mujer en cambio ha comprendido, ha encontrado el amor. Y bien, esta mujer es más grande que tú», añadió.

Dirigiéndose a los jóvenes, el cardenal planteó la siguiente pregunta: «Nosotros vamos el templo, escuchamos la palabra de Dios, recibimos la Eucaristía, pero ¿cuántas veces no entra en nosotros la caridad?».

«En este tiempo de Cuaresma, estamos todos invitados a la conversión, todos necesitamos convertirnos para acoger la sorprendente novedad del Evangelio: cada uno vale lo que ama».

El Centro San Lorenzo fue creado por el Papa Juan Pablo II e inaugurado por el mismo pontífice el 13 de marzo de 1983. Ofrece acogida y una animación litúrgica y sacramental a los jóvenes residentes o a los peregrinos que se encuentran en la ciudad de Roma. El Centro conserva la primera cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, donada por el Papa Karol Wojtyla a los jóvenes en el Año Santo de 1984.

Cada viernes, el programa del centro prevé dos horas de adoración a partir de las 16,00 horas, seguidas del rezo del rosario por las Jornadas Mundiales de la Juventud y una misa presidida generalmente por obispos o cardenales.

Por Robert Cheaib, traducido del italiano por Nieves San Martín