CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 marzo 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha hecho un llamamiento a Bolivia, en nombre de los más necesitados, para que se supere la tensión social que se ha vivido en los últimos tiempos.
El Papa presentó su reivindicación al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de La Paz ante la Santa Sede, Carlos Federico de la Riva Guerra, nacido en 1949, hasta ahora presidente del directorio del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) y director general del Colegio jesuita San Calixto de La Paz.
«No es posible permanecer indiferentes cuando la tensión social va en aumento y se difunde un clima que no favorece el entendimiento», advirtió el Papa en su discurso dirigido en español.
«Creo –confesó– que todos compartimos la convicción de que las posiciones encontradas, en ocasiones incentivadas y aplaudidas, obstaculizan el diálogo constructivo para encontrar soluciones de equidad económica y justicia con miras al bien común, especialmente en favor de los que tienen dificultades para vivir de manera digna».
El Santo Padre consideró que «las autoridades que rigen los destinos del pueblo, así como los responsables de las organizaciones políticas, sociales y civiles, necesitan de la prudencia y sabiduría que nace del amor por el hombre, con el fin de promover en la entera población las condiciones necesarias para el diálogo y el acuerdo».
«Este loable objetivo se verá favorecido si todos los bolivianos aportan lo mejor de sí mismos con franqueza y próvida solicitud no exenta, a menudo, de abnegación y sacrificio», aseguró.
«De este modo, la colaboración sincera y altruista de personas e instituciones contribuye a erradicar los males que afligen al noble pueblo boliviano, tantas veces afectado también por catástrofes naturales, que reclaman de todos medidas eficaces y sentimientos de fraternidad que ayuden a solventar sus graves consecuencias».
El Papa deseó para Bolivia un «renacimiento civil y social, político y económico», que «exige siempre una desinteresada laboriosidad y generosa entrega en favor de un pueblo que reclama ayuda material, moral y espiritual».
«La consecución de la paz ha de estar basada en la justicia, la verdad y la libertad, así como en la cooperación recíproca, el amor y la reconciliación entre todos».
De los más de nueve millones de habitantes de Bolivia, el 83,27% son católicos.