DOHA, domingo, 16 marzo 2008 (ZENIT.org).- Más de seis mil fieles se unieron, este sábado, a la inauguración de la primera iglesia católica en el emirato árabe de Qatar. En representación de Benedicto XVI, la celebración fue presidida por el cardenal Ivan Dias, prefecto de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos.
«Un acontecimiento de alcance histórico para el país del Golfo, testigo del nacimiento de un lugar para los católicos tras catorce siglos de prohibiciones», ha explicado «Radio Vaticano».
La Iglesia de Nuestra Señor del Rosario, sin cruz ni campanario, surge en los alrededores de Doha, capital del país, en un terreno donado a la Iglesia hace siete años por el emir Hamad bin Jalifa Al Thani, favorable al diálogo interreligioso.
El emirato de Qatar, de menos de un millón de habitantes, ha creado el canal de televisión informativo panárabe Al Jazeera.
El cardenal Dias trajo el saludo del Papa a los presentes, entre los que se encontraba el vicario apostólico de Arabia, monseñor Paul Hinder; su predecesor, monseñor Bernardo Gremoli; el nuncio apostólico en Kuwait; monseñor Mounged El-Hachem; y el vicario apostólico en Kuwait, monseñor Camillo Ballin.
«Finalmente los católicos en Doha tienen una casa en la que pueden reunirse en libertad y seguridad», ha comentado monseñor Hinder a los micrófonos de la emisora pontificia, aclarando que los 150 mil cristianos presentes en Qatar «proceden sobre todo de Filipinas, de la India y de unos cien países del mundo». La misa se celebrará en este templo en catorce idiomas.
Las autoridades del emirato han subrayado que la Iglesia trae «un mensaje positivo» para el mundo, un gesto que, sin embargo, no ha despejado el riesgo de ataques contra la comunidad cristiana local. Tras las amenazas de grupos islamistas radicales, las embajadas de los países occidentales presentes en Qatar han invitado a sus ciudadanos a la prudencia.