SYDNEY, domingo, 11 mayo 2008 (ZENIT.org).- La Jornada Mundial de la Juventud será una oportunidad para dar a Australia una razón para esperar, afirma el nuncio apostólico en el país.
En una entrevista a Zenit, el arzobispo Giuseppe Lazzarotto, nombrado en diciembre nuncio apostólico en Australia, confiesa que está emocionado por el hecho de que su nombramiento haya tenido lugar tan sólo unos meses antes de la Jornada Mundial de la Juventud el próximo julio.
«El hecho de que la Jornada Mundial de la juventud sea tan inminente añade valor e interés al inicio de mi misión aquí –declara–. Desde mi llegada, pude establecer contacto cercano y directo con mucha gente activamente implicada en la preparación de este significativo acontecimiento, una ocasión que todos nosotros contemplamos con gran esperanza».
El nuncio dice que tiene confianza en el efecto que el evento tendrá sobre esta nación y sobre todos los participantes, dado que en estos momentos está recogiendo «testimonios emocionantes en torno al recorrido de la cruz de los jóvenes y el icono de la Virgen María por las diócesis del país… produciendo un clima intensamente espiritual».
El representante papal señaló que está respirando un clima abierto, no sólo entre los jóvenes católicos.
«Tengo la esperanza, ampliamente compartida –dice– de que la Jornada Mundial de la Juventud y la visita del Papa Benedicto XVI son ocasiones para que el país redescubra una razón para esperar, la alegría de ser cristianos y el valor de testimoniar su fe al mundo de hoy, tal y como el Santo Padre nos exhorta a hacer incansablemente».
El arzobispo Lazzarotto añade: «Incluso para los no creyentes, supondrá una oportunidad vital para promover una más profunda reflexión sobre el papel de la religión en la sociedad moderna».
Esta afirmación lleva a preguntar al prelado viajero, que tiene 37 años de experiencia diplomática, sobre su impresión acerca del nivel de secularización de la cultura australiana.
El nuncio dice: «El secularismo es un problema común compartido por muchos países y -a lo a mí se me alcanza- ¡no parece ser más agudo aquí en Australia que en otros lugares!
«Es un fenómeno que se presenta en cada país de modo diferente, tiene muchas caras y hay que analizarlo y comprenderlo».
El nuncio, nacido en Italia, hace una comparación con la reciente visita del Santo Padre a Estados Unidos y las Naciones Unidas donde explicó que «en un mundo técnicamente avanzado, «una visión de la vida sólidamente anclada en una dimensión religiosa» es al final la mejor respuesta «a las aspiraciones de cada persona, de la comunidad y de toda la población»».
Según el arzobispo Lazzarotto, lo que el Papa dijo a los obispos estadounidenses seguramente se puede aplicar también en Australia: «el secularismo desafía a la Iglesia a reafirmar y perseguir más activamente su misión en el mundo».
Pero el arzobispo aclara inmediatamente que no pretende anticipar las palabras del Papa en su visita a los australianos.
«Tras las dos exitosas visitas de Juan Pablo II, Australia ahora da la bienvenida a Benedicto XVI con los brazos abiertos –afirma–. Aunque esta vez la visita está motivada por su deseo de encontrar a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud, estoy seguro de que el pensamiento del Santo Padre va más allá y está dirigido a toda la gente de buena voluntad a lo largo de esta vasta tierra».
Hablando con el arzobispo Lazzarotto, da la impresión de que parece estar bien preparado para la cultura australiana. Él lo atribuye a los siete años que acaba de pasar como nuncio apostólico en Irlanda.
«Ciertamente mi tiempo en Irlanda me ayudará a comprender mejor a la Iglesia Australiana, que en su inicios, estaba caracterizada por una fuerte relación con la Iglesia irlandesa», afirma.
Además, el representante pontificio considera que su servicio diplomático en Zambia, Malawi, Cuba, Jerusalén y la Secretaría de Estado vaticana, le ayuda a abrirse a la cultura australiana.
Pero Zenit descubrió otra razón por la que se sintió tan feliz por aceptar el nombramiento de Benedicto XVI para este puesto en «la tierra de abajo»: «Finalmente podré encontrarme con algunos miembros de mi extensa familia que emigraron aquí desde Italia a lo largo del siglo pasado».
«A riesgo de que suene como un tópico, aquí me siento como en casa, esta es mi auténtica sensación –dice el nuncio–. En todos los sitios donde he ido en las primeras semanas, he sido acogido con gran cordialidad y amistad, lo que seguramente me ayudará en la fase inicial de esta misión».
Por Catherine Smibert, traducido del inglés por Nieves San Martín