LONDRES, miércoles 11 de junio de 2008 (ZENIT.org).- Un informe encargado por la Iglesia anglicana y publicado el pasado lunes, acusa al actual gobierno laborista de «favorecer a las comunidades religiosas minoritarias, especialmente al Islam, frente a la comunión anglicana», según recoge «L’Osservatore Romano».
Con el título «Moral, pero sin brújula. El Gobierno, la Iglesia y el futuro de la asistencia social», el informe afirma que el actual gobierno laborista, como el anterior de Tony Blair, «han traicionado a los cristianos a favor del Islam y de otras creencias, contribuyendo a generar en Gran Bretaña una crisis espiritual, cívica y económica».
Para los autores del informe, «los laboristas no están a la altura de las expectativas de la sociedad, y les falta la visión necesaria para restaurar el sentido de la identidad británica», debido a su «profundo analfabetismo religioso». La publicación de este informe pone de manifiesto la postura crítica de la Iglesia de Inglaterra, mostrada públicamente por varios obispos anglicanos en los últimos meses, hacia el New Labour.
El informe cree que las instituciones caritativas cristianas «son ignoradas por los gobiernos laboristas, dispuestos en cambio a servirse de instituciones análogas de otras religiones, en primer lugar, las islámicas».
«Hemos constatado -afirma el documento- una significativa falta de comprensión, o de interés, por parte del Gobierno sobre la contribución actual o potencial de la Iglesia de Inglaterra en la esfera pública. De hecho, se ha dicho que el Gobierno, conscientemente, ha decidido concentrarse casi exclusivamente en las religiones minoritarias».
El informe cree que la solución estriba en crear un «ministro de la religión» que realice la tarea de «enviado de la fe» del primer ministro y que «utilice las grandes potencialidades de las iglesias y de las organizaciones caritativas cristianas».
El estudio ha sido realizado por Francis Davis, Andrew Bradstock y Elizabeth Paulhus, miembros del Instituto Von Hügel del St. Edmund’s College de la Universidad de Cambridge, y habría sido encargado por el obispo de Hulme, Stephen Lowe, y aprobado por el obispo de Canterbury, Rowan Williams, y por el arzobispo de York, John Sentamu, según recoge el diario vaticano.
El informe consiste en una serie de entrevistas a los setenta y cinco obispos anglicanos, así como a representantes de otras Iglesias y religiones, y con miembros de entidades caritativas.
Sin embargo, la Conferencia de los obispos católicos de Inglaterra y Gales se han desmarcado del estudio. Según James Abbot, de la oficina de prensa de la Conferencia, los obispos católicos «han tenido conocimiento de este estudio, pero no han tenido un papel oficial ni han colaborado en su realización, ni podemos decir si responde o no a la verdad».
Por Inmaculada Álvarez