El Papa pide en Brindisi acogida cristiana a los inmigrantes y a la vida

En la bienvenida que le tributó la ciudad mediterránea italiana

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BRINDISI, domingo, 15 junio 2008 (ZENIT.org).- Al llegar en la noche del sábado a la ciudad italiana de Brindisi, Benedicto XVI lanzó un llamamiento a la acogida cristiana de los inmigrantes y de la vida humana, ésta última en el marco de la familia.

Fueron los dos mensajes centrales del discurso que pronunció en la ceremonia de bienvenida en la Plaza Lenio Flacco, al rededor de las 20.30 horas.

En su intervención el Papa ha reflexionó sobre la vocación de Brindisi que, como en el pasado, «sigue siendo una puerta abierta al mar», tradicional refugio de inmigrantes.

«En los últimos años, los periódicos y la televisión han mostrado las imágenes de refugiados desembarcados a Brindisi de Croacia, Montenegro, Albania y Macedonia», recordó.

Por eso, reconoció «con gratitud los esfuerzos que han sido realizados y que siguen siendo desplegados por las administraciones civiles y militares, en colaboración con la Iglesia y con organizaciones humanitarias, para darles refugio y asistencia, a pesar de las dificultades económicas que siguen preocupando particularmente a esta región».

En este contexto, rindió tributo también a la «solidaridad internacional» aquí presente gracias a la Base de Socorro Humanitario de las Naciones Unidas, gestionada por el Programa Mundial de Alimentos.

«Esta solidaridad –dijo Benedicto XVI ante una multitud reunida en el centro de la ciudad– es parte de las virtudes que conforman vuestro rico patrimonio civil y religioso: seguid con nuevo empuje construyendo juntos vuestro futuro».

Acogida de la vida en la familia

Y reflexionando sobre los valores de esta tierra, el Papa subrayó «el respeto de la vida y especialmente el apego a la familia, expuesta hoy al ataco convergente de numerosas fuerzas que tratan de debilitarla».

«Ante estos desafíos, ¡qué urgente y necesario es el que todas las personas de buena voluntad se comprometan en salvaguardar a la familia, sólida base sobre la que se puede construir la vida de toda la sociedad», dijo.

«Que la adhesión al Evangelio, conscientemente renovada y vivida con responsabilidad, os lleve, hoy como ayer, a afrontar con confianza las dificultades y los desafíos actuales», concluyó.

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ZENIT Staff

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