Primer año del Opus Dei en Rusia promueve el ecumenismo

Los pioneros de la prelatura en el país cuentan su experiencia a Zenit

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

MOSCÚ, martes, 22 julio 2008 (ZENIT.org).- El Opus Dei abrió casas en Rusia hace un año y ya es posible hacer un balance sobre el impulso que esto ha ofrecido al diálogo con los cristianos ortodoxos.

En el primer aniversario de esta presencia, se celebraron misas en torno a la memoria litúrgica de san Josemaría Escrivá, en Moscú, San Petersburgo, Nizhni Novgorod, Samara, Pushkin, Kolpino y Uhta.

En la ciudad de los zares, San Petersburgo, la ceremonia se celebró el mismo día del aniversario del fallecimiento del fundador del Opus Dei, el 26 de junio.

En Moscú la misa se celebró el lunes siguiente, presidida por el vicario del Opus Dei en Rusia, el sacerdote José Antonio Senovilla. En las dos celebraciones asistieron personas de diferentes confesiones religiosas. En Moscú, los fieles se acercaron después a venerar las reliquias del santo español.

Ya en 1955 Josemaría Escrivá rezaba para la futura expansión del Opus Dei en la Europa del Este.

Gabriela Santa María, una de las fieles que se han desplazado a Rusia en esta nueva labor apostólica, explica a Zenit que el arzobispo de Moscú encomendó a dos sacerdotes pertenecientes a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, – Alejandro Burgos y José Francisco Teijeiro- las parroquias de San Juan Bautista en Pushkin (dentro del Gran San Petersburgo) y de Santa Teresa de Lisieux en Komi (una República de un tamaño similar al de España, situada en la zona más al norte de la Rusia Europea, y limitando al este con los Urales).

El padre Alejandro Burgos cuenta a Zenit: «Rusia siempre ha sido un país cristiano y muy amante de María, que la ha protegido especialmente. La huella del comunismo ha sido muy profunda, pero actualmente existen bastantes elementos positivos: un tanto por ciento muy elevado de rusos ya está bautizado, no existe el laicismo asfixiante que mina la vida religiosa de Occidente».

«Por otro lado -prosigue- hablar de la fe en Rusia significa hablar de ecumenismo. Las relaciones personales no suelen ser malas entre católicos y ortodoxos. Podemos disfrutar de la pluralidad en la unidad, pues sentimos una gran unidad en la fe y una gran riqueza que cada confesión puede aportar a la otra».

Entre lo que más ha impresionado a los fieles del Opus Dei, es «la gran fe y la devoción de muchos fieles rusos que han sabido sacrificarse durante tantos años por Cristo».

«Aunque por ahora sea a poca escala, nosotros venimos con la ilusión de poder ser un apoyo para estos hermanos nuestros rusos y para la Iglesia en este país y aprender mucho de todos. Sabemos que nuestra labor aquí está comenzando, y que durante años muchos hombres y mujeres han vivido con mucho sacrificio para vivir su fe con integridad», cuenta Gabriela Santa María. 

«Es esencial al espíritu cristiano, y por tanto al espíritu del Opus Dei, que todos busquemos lo que une, que procuremos trabajar y colaborar sinceramente con todos los hombres de buena voluntad en los muchos campos de interés común. Este modo de trabajar es lo que un mundo pluralista necesita con urgencia, y es lo que espera sobre todo de los cristianos, que hemos de ser sal y luz», añade.

«Con alegría podemos constatar que contamos en Rusia con la simpatía de muchas personas pertenecientes a la Iglesia Ortodoxa, e incluso de personas no cristianas que se sienten atraídas por el mensaje profundo y cercano de San Josemaría», coinciden los miembros del Opus Dei en Rusia.

Existe una biografía de San Josemaría en ruso, escrita por el cristiano ortodoxo Evgueny Pazukhin, quien afirma que «el mensaje de Josemaría Escrivá no es en modo alguno ajeno al mundo ruso. Rusia es tierra cristiana, la gente tiene la inquietud por Dios metida en el alma. Por eso, todo mensaje espiritual nos importa. Estamos llamados a ser otros ‘Cristos’, el mismo Cristo. Esta idea, sobre la que tanto insistió Josemaría Escrivá, gusta mucho en la teología ortodoxa».

Alexander Zorin, poeta ruso ortodoxo, se refería de esta forma a «Camino», el libro más conocido del fundador del Opus Dei: «Es mucho más que un texto. Es una orientación para la acción, que ayuda a encarnar en la vida cotidiana la Novedad del Evangelio, una Buena Nueva que le ha sido dada al hombre de todos los tiempos».

En este Año dedicado a san Pablo, que celebra tanto la Iglesia católica como la ortodoxa, «rezamos en especial por la unidad de los cristianos», explica Gabriela Santa María.

«Desde nuestra llegada a Moscú, hemos contado con la simpatía del Patriarcado, así lo expresaba por ejemplo, el vicepresidente del Departamento de Asuntos Eclesiásticos Exteriores del Patriarcado de Moscú, Arcipreste Vsevolod Chaplin, quien dio la bienvenida a la Prelatura personal del Opus Dei y señaló que su energía y fidelidad «a los ideales cristianos son merecedores de un gran respeto».

«El Opus Dei tiene como objetivo consolidar los valores cristianos en la sociedad actual, lo cual despierta nuestra simpatía», aseguró el Arcipreste en sus declaraciones», añade..

Por su parte el vicario del Opus Dei en Moscú, don José Antonio Senovilla García, manifestó que el Opus Dei ha ido a Rusia a «ayudar a la gente a ponerse delante de Jesucristo, y encontrar así a Dios en la vida ordinaria. Hemos venido a aprender del pueblo ruso».

Por Miriam Díez i Bosch

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación