ZENIT.org).- La fe de Benedicto XVI y su amor por Cristo, su dedicación al servicio de la Iglesia y la constante atención a los problemas de la sociedad actual, son los elementos subrayados por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, durante el encuentro anual en Roma del consejo de administración de los Caballeros de Colón.
En presencia del caballero supremo Carl Anderson y de cardenales, obispos, sacerdotes, dirigentes y miembros de esta fraternidad, el purpurado intervino en la cena oficial en honor del Papa organizada el pasado 4 de octubre, con motivo de la peregrinación anual de los Caballeros a la sede del sucesor de Pedro.
La peregrinación, explicó el cardenal según informa el diario vaticano “L’Osservatore Romano”, se enriquece este año con un ulterior significado espiritual porque se da en el Año Paulino, organizado para celebrar el bimilenario del nacimiento del Apóstol de las Gentes.
Tras recordar su propia participación en una cita análoga en 2001 –cuando era arzobispo secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe y colaboraba con el entonces prefecto, el cardenal Joseph Ratzinger–, el secretario de Estado se detuvo en su actual cargo de primer colaborador de Benedicto XVI.
La “diaria cercanía, que se ha prolongado durante años, me ha permitido conocer cada vez más los rasgos característicos y aspectos singulares de la personalidad del Pontífice, que ahora puedo apreciar mejor”, afirmó. En especial, subrayó la “nobleza de trato” y “la sencillez en el acercamiento a las personas” del Papa Ratzinger, “junto a su profunda y vasta cultura no sólo teológica”.
Citando las palabras pronunciadas por Juan Pablo II durante la audiencia de hace veinte años, el cardenal Bertone reconoció el espléndido ejemplo de participación en la misión de la Iglesia, el confiado apoyo a la fe católica, la ayuda financiera y el trabajo voluntario de caridad y beneficencia desempeñado por los Caballeros de Colón, a los que invitó a permanecer fieles a este espíritu para llevar adelante su misión con entusiasmo y dedicación.
El purpurado concluyó con sus mejores deseos en favor de la beatificación de su fundador, el padre Michael McGivney, que Benedicto XVI declaró venerable en marzo pasado.
Casi un mes después del decreto de venerabiblidad, el 19 de abril, con motivo de su viaje apostólico a Estados Unidos, Benedicto XVI recordó durante la Misa en la catedral de Nueva York “las excelsas virtudes” del ejemplar sacerdote norteamericano, “cuya visión y celo apostólico llevaron al nacimiento de esta grande y activa asociación”.
Traducido del italiano por Nieves San Martín