TEGUCIGALPA, viernes, 24 octubre 2008 (ZENIT.org).- La Archidiócesis de Tegucigalpa, Honduras, hizo público un comunicado fecha el 21 de octubre en el que expresa la preocupación de la Iglesia ante los temas que se tratarán en la próxima XVIII Cumbre Iberoamericana, del 29 al 31 de octubre en San Salvador.

Los prelados de la capital recuerdan el artículo 1 de la Constitución hondureña que, “de manera clara y contundente”, dice que “Honduras es un Estado de derecho, soberano, constituido como república libre, democrática e independiente para asegurar a sus habitantes el goce de la justicia, la libertad, la cultura y el bienestar económico y social”.

Por ello, se dirigen al presidente Manuel Zelaya para exponerle las razones por las cuales “debe analizar con mayor profundidad”, antes de firmar la Declaración de San Salvador, bajo el tema de Desarrollo y Juventud.

“Las verdaderas intenciones, no están claras y el texto de la declaración, tiene muchas ambigüedades, que darían como resultado, la aplicación de políticas públicas nocivas, impuestas desde otras realidades, que atenten contra la educación y el desarrollo integral de nuestros jóvenes”, afirma la Iglesia en Tegucigalpa.

“Nos ha dado muestras de ser una persona que ama y defiende la vida en todas sus manifestaciones”, añaden, y llaman la atención sobre el marco de referencia del documento que, indican, “tiende a imponer políticas antinatalistas”, lo que califican de “una forma de opresión ideológica por parte de países ricos sobre los que estamos en vías de desarrollo”.

“Pobres, pero con dignidad, y soberanos para decidir nuestras formas de marchar hacia estadios de progreso y desarrollo”, apostilla el comunicado.

No es cierto que los programas de abstinencia no estén funcionando, como lo asegura el documento. “En nuestro país al igual que en países como Uganda, donde se ha fomentado la fidelidad entre las parejas y la abstinencia sexual entre los jóvenes, los resultados son enormemente positivos”.

“En nuestro país --añade--, desde siempre hemos reconocido que la maternidad es de las más bellas vocaciones y don de Dios a la humanidad”, por tanto, exhorta a que no se contemple “como la causal principal de la pobreza” y mucho menos, se considere “una actividad denigrante y una carga que no permite la autorrealización de la mujer”. “Vivir su maternidad plenifica a cada mujer”, afirma.

Tampoco, según el comunicado, “se debe quitar a los padres de familia la patria potestad, dejando que los jóvenes decidan sobre su vida sexual y su maternidad”.

Así como “no se puede enfocar la vida sexual completamente separada del acto reproductivo, fomentando el uso de todo tipo de métodos para no embarazarse, promoviendo una especie de libertinaje sexual”.

“Desde hace varios años hemos venido escuchando la famosa frase de 'salud sexual reproductiva' y la ideología de género, y ya hemos comprobado que detrás de estas frases subliminales lo que se esconde es un profundo deseo de legalizar el aborto, las píldoras anticonceptivas, la proliferación de la homosexualidad, las esterilizaciones, y demás métodos artificiales y criminales del control de la natalidad”, dicen con energía los pastores de Tegucigalpa.

Le recordamos, apostillan, el articulo 59 de nuestra Carta Magna: “La persona humana es el fin supremo de la sociedad y del Estado. Todos tienen la obligación de respetarla y protegerla. La dignidad del ser humano es inviolable”. Y el articulo 65 dice “el derecho a la vida es inviolable”.

Y concluyen con un llamamiento personal al Presidente: “En su corazón de padre de familia y defensor de la vida dejamos manifiesto nuestra firme posición de que no nos oponemos a la formación y educación de nuestros jóvenes. Sino que abogamos por una formación integral que reclama la inclusión de contenido religioso”.

Por Nieves San Martín