CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 10 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- La sociedad actual ha perdido el contacto con la Escritura, así como el buscar la voluntad de Dios y ver la mano de la providencia en los acontecimientos de la vida, dijo el cardenal Francis George.

El arzobispo de Chicago y presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos lo afirmó este martes en el Sínodo mundial de los obispos sobre “La Palabra de Dios en la Vida y Misión de la Iglesia” que se celebra en El Vaticano hasta el 26 de octubre.

En su intervención, el cardenal habló de los “contextos vividos en los que los creyentes oyen la Palabra de Dios y la necesidad de atención pastoral a la conversión de la imaginación, el intelecto y la voluntad”.

“La cultura occidental ha sido históricamente conformada en diálogo con la Biblia –dijo--. Las referencias al ‘hijo pródigo’, ‘el buen samaritano’ o ‘Sodoma y Gomorra’ podrían considerarse por descontado como imágenes popularmente identificables.

“Esta familiaridad, que ha desaparecido en gran parte de la imaginación popular, lo hizo  hace una generación del mundo del arte y del teatro”.

“Tras esta pérdida de imágenes bíblicas se oculta la pérdida de un sentido y una imagen de Dios como actor en la historia humana –añadió el cardenal George--. En la Escritura, Dios es a la vez autor y actor principal. En la Escritura, encontramos al Dios viviente, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Padre de Nuestro Señor Jesucristo”.

“Nuestro pueblo, en su mayor parte, no tiene familiaridad con la palabra bíblica del espíritu activo, con ángeles y demonios, con la búsqueda de la voluntad de Dios y las intenciones de Dios en medio de este mundo gobernado por la providencia de Dios”, añadió.

“La Escritura se ha hecho género de ficción fantástica, con lo que la palabra bíblica se convierte en una confusión indigerible”.

El cardenal añadió que la Escritura entonces se “enfoca tan sólo como una guía moral y a menudo se considera incluso insuficiente en esto”.

“La Escritura es el alma de la liturgia incluso más que el centro de la teología –dijo el presidente de la Conferencia Episcopal estadounidense--. Con la participación decreciente de la liturgia dominical, el creyente se aparta del contacto con la Escritura en el contexto del culto comunitario”.

“A través de la escucha de las Escrituras que forman los ciclos y el calendario litúrgicos, los creyentes se abren a la conversión y al crecimiento en la vida de la gracia”.

El cardenal George definió la asistencia regular a la Misa como “educación en la obediencia y la fe”.

“El amor a la Escritura –añadió--, alimenta el deseo de orar en espíritu y en verdad, y, a cambio, nuestro culto da a Dios la oportunidad de transformarnos más profundamente en la imagen de Cristo”.

El cardenal habló sobre la práctica de la ‘lectio divina’ que denominó una forma de oración “tan adecuada para purificar los propios deseos y llevar a la propia voluntad hacia la armonía con la voluntad de Dios”, de manera que se convierta en algo familiar para quienes asisten a la Iglesia regularmente.

Añadió que si los pastores están atentos, “el pueblo no temerá la confusión cuando lee y escucha la Biblia. Esta no será para ellos un gran puzzle sino un sendero hacia la libertad que viene del sometimiento a la palabra de Dios, la mente de Dios, la voluntad de Dios”.

“Si el poder de la palabra de Dios en la Sagrada Escritura debe sentirse en la vida y la misión de la Iglesia, los pastores deben estar atentos al contexto personal así como al texto inspirado”.

Traducido del inglés por Nieves San Martín