MOSUL, viernes, 17 octubre 2008 (ZENIT.org).- Frente a la dramática situación que se vive en la ciudad iraquí de Mosul, donde los cristianos siguen abandonando las propias casas para huir a la violencia, la organización caritativa Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) decidió enviar treinta mil dólares de ayuda para afrontar la emergencia.
El fin de semana pasado, explica un comunicado de AIN, recibido por Zenit, se alcanzó un pico de abandonos de la ciudad por cristianos: más de mil familias dejaron Mosul en un día.
Los cristianos empezaron a huir de la segunda ciudad de Irak el mes pasado, después de que los extremistas islámicos lanzaran una campaña de atentados e intimidaciones obligando a la gente a elegir entre convertirse al Islam, ser asesinados o ver su propia casa destruida.
Según estimaciones, las personas asesinadas serían veinte, mientras que al menos cinco casas fueron dinamitadas después de que los ocupantes fueran obligados a irse por no haber aceptado convertirse.
AIN está enviando treinta mil dólares a la ciudades y aldeas cristianas fuera de Mosul, donde los desalojados se han reunido en gran número.
El presidente internacional de la organización, Joaquin Alliende, afirmó que los informes que se reciben de Mosul “son terribles y que, en un momento de crisis, el apoyo que AIN está proporcionando es lo mínimo que puede hacer para ayudar”.
“AIN existe para ayudar a nuestros hermanos y nuestras hermanas que sufren por su fe, y pocos están sufriendo más que los que se van debido a los asesinatos, bombardeos y las continuas intimidaciones que ha sufrido Mosul en los últimos días”, observó.
“Pedimos a todos los amigos y a los benefactores de Ayuda a la Iglesia Necesitada, que rueguen a Cristo, que ha dado su propia vida por nosotros y que a través de su resurrección nos ofrece la verdadera esperanza –añadió–. Recemos por todos aquellos que son perseguidos en este momento terrible”.
La respuesta de emergencia de AIN llega después que el arzobispo iraquí Louis Sako advirtiera que los esfuerzos realizados por el Gobierno de Bagdad para detener la violencia eran exiguos y llegaron tarde, y que el éxodo amenazaba con extinguir la presencia cristiana en Mosul.
Los atentados contra los cristianos en la segunda ciudad iraquí fueron denunciados también por la organizacón de la Conferencia Islámica (OIC), de la que forman parte 57 países musulmanes.
Su presidente, Ekmeleddin Ihsanoglu, pidió a las autoridades de Bagdad “perseguir a los responsables para poner fin a los sufrimientos de nuestros hermanos cristianos y procurar su protección”, recuerda el diario vaticano “L’Osservatore Romano”.
Al mismo tiempo que el llamamiento de la OIC, llegó el anuncio de Bagdad del envío de una comisión gubernamental a Mosul para “moverse rápidamente a fin de apoyar los esfuerzos en materia de seguridad con masivas operaciones militares y para dar seguridad a los ciudadanos”, declaró el portavoz del Gobierno.
Traducido del italiano por Nieves San Martín