CIUDAD DEL VATICANO, lunes 20 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Medios informativos han sacado de contexto propuestas por grupos de trabajo del Sínodo con el objetivo de crear una polémica entre la Iglesia y el mundo musulmán en momentos en los que la Santa Sede prepara una cumbre con representantes islámicos.
La bomba, sin embargo, no ha estallado, de manera que sigue preparándose la reunión que tendrá lugar in Vaticano el 4 y el 5 de noviembre con el tema: «El amor de Dios en el amor del prójimo».
En el encuentro, organizado por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, congregará a los delegados de los 137 signatarios -intelectuales y religiosos musulmanes guiados por el príncipe de Jordania Ghazi bin Muhammad bin Talal– de la carta abierta que lleva por título «Una palabra común».
El encuentro fue presentado a la asamblea del Sínodo de los Obispos, el viernes 17 de octubre, por el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
En lo que se refiere al diálogo entre musulmanes y católicos, el purpurado francés precisó que el texto fundamental sigue siendo la declaración del Concilio Vaticano II Nostra aetate.
El cardenal se refirió después al punto 38 de la relación tras el debate que presentó el cardenal cardenal Marc Ouellet, P.S.S., arzobispo de Québec, en la que se recogía la propuesta surgida en el Sínodo de organizar un foro cristiano-musulmán sobre la Palabra de Dios para discutir y meditar juntos.
El cardenal Tauran sugirió que sería quizá más oportuno hablar de un foro entre las religiones, pues los cristianos no comparten con los musulmanes el Corán como revelación.
Una bomba que no ha estallado
En este contexto, los diarios italianos han interpretado como un rechazo del diálogo con el islam la propuesta surgida en el grupo de trabajo «Español A» (Hispanicus A), en la que se recuerda que en el diálogo interreligioso no hay que olvidar la visión musulmana de los derechos de la mujer, que no son tratados como se prevé en la doctrina de los derechos fundamentales del hombre.
El grupo se manifiesta a favor del diálogo, aclarando diferencias objetivas que existen en la concepción cristiana e islámica, como también sucede en la visión de la familia.
Periódicos italianos del 18 de octubre presentaban sin embargo esta propuesta como un rechazo o un freno (según matices) al diálogo interreligioso con el islam, y publicaban declaraciones de exponentes musulmanes en Italia que, como es normal, criticaban el supuesto rechazo del Sínodo al diálogo.
Por ejemplo, Mario Scialoja, representante de la Liga Musulmana Mundial, consideraba «excesivo» detener el diálogo en virtud de la diversa concepción de los derechos de la mujer. No era la versión que le habían ofrecido los periódicos, pero es exactamente lo que decía el Sínodo. La bomba no ha estallado.
Por Jesús Colina