CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 26 octubre 2008 (ZENIT.org).- Desde el Sínodo de los Obispos se ha elevado un «Llamamiento de paz» lanzado por los representantes de los católicos de Oriente que en muchos países sufren persecución o las consecuencias de la guerra.
El llamamiento, firmado por exponentes de la Santa Sede, patriarcas y arzobispos de las Iglesias católicas de Oriente, aboga en particular por la difícil situación que viven en Tierra Santa, Irak, el Líbano y la India.
«Experimentamos en el corazón un estremecimiento por los sufrimientos de tantos hijos e hijas nuestros de Oriente –dice el mensaje–: niños y jóvenes; personas en dificultad extrema por razones de edad, salud y esenciales necesidades espirituales y materiales; familias que sienten cada vez más la tentación del desaliento por el presente y el futuro».
«Y sentimos el deber de hacernos intérpretes de sus expectativas justificadas para que se garantice pronto una vida digna en una fecunda convivencia social», añaden los cardenales, patriarcas y arzobispos.
El mensaje está firmado, entre otros, por los cardenales Tarcisio Bertone, secretario de Estado; Nasrallah Pierre Sfeir, patriarca di Antioquía de los Maronitas; Emmanuel III Delly, patriarca di Babilonia de los Caldeos; Varkey Vithayathil, arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly de los Siro-malabares de la India; así como por los patriarcas Antonios Naguib de Alejandría de los, Gregorios III Laham de Antioquía de los Greco-melquitas, Nerses Bedros XIX Tarmouni de Cilicia de los Armenios.
«¡La paz es obra de la justicia! –claman los representantes eclesiales– Es un imperativo del que no podemos y no queremos eximirnos. Pedimos, por este motivo, en particular para Tierra Santa, cuna de Cristo Redentor, para el Líbano, Irak y la India la paz en la justicia, de la que es garantía una libertad religiosa real».
Los signatarios garantizan su cercanía a quienes «sufren por la fe cristiana y de todos los creyentes a quienes se les impide la profesión religiosa. Rendimos homenaje a los cristianos que han perdido recientemente la vida en la fidelidad al Señor». Paz para los cristianos de Tierra Santa, Irak, el Líbano y la India
El llamamiento pide «a los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad que respeten y acojan al otro en la vida cotidiana, acercándose a quienes se encuentran en la necesidad, ya sean cercanos o lejanos».
Luego se dirige a los pastores y a los responsables religiosos «para que prediquen esta actitud, apoyando y multiplicando las iniciativas de mutuo conocimiento, de diálogo y de ayuda».
Por último, hace un llamamiento a la comunidad internacional y a los hombres de gobierno «para que garanticen a nivel legislativo la verdadera libertad religiosa, superando toda discriminación y ayuda a cuantos están obligados a dejar la propia tierra por motivos religiosos».
«‘Cristo es nuestra paz’ –concluyen–. Esta palabra divina trae consuelo y esperanza y apremia a buscar nuevos caminos de paz, que encuentren eficacia en la Bendición de Dios. Espacio a la paz, nosotros, pastores de Oriente, deseamos que pueda ser el humilde pero apremiante llamamiento que ponemos en manos del Santo Padre, dando gracias a Dios y a quienes lo acogerán con benevolencia».